domingo, marzo 20, 2022

Oseas 13. No cambies por la Bendición.

 

La gran mayoría de los seres humanos llegamos a los pies de Cristo porque teníamos una necesidad.

Por lo general Jesucristo siempre se manifiesta a nuestra vida cuando estamos pasando por algún desierto bien árido y en el cual no sabemos qué hacer. V 5 “Yo te conocí en el desierto, en tierra seca.

Cuando consideramos que estamos mal y creemos que Jesucristo puede ayudarnos nuestra manera de ser es bastante agradable, oramos con insistencia, servimos en el templo y visitamos a quienes están más mal que nosotros.

Lo malo es que cuando Jesucristo nos saca del desierto y nos lleva atierras prosperas nos olvidamos de él. V 6 “En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí.

Nuestros viejitos tenían dichos que eran muy sabios, ellos siempre consideraban que el dinero cambia a las personas.

En el argot cristiano podríamos decir que la bendición muchas veces cambia a las personas, las bendiciones que recibimos deberían cambiarnos para bien y no para mal.

En que cambian muchas personas bendecidas.

1. Ya no tienen tiempo para servir. Las bendiciones nos ocupan tanto que se cumple en nosotros la palabra que dice nadie puede servir a dos señores. Mateo 6: 24 “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas

·       1.1. El recibir bendiciones de parte de Jesucristo debería ser un estímulo para servir con más amor.

·       1.2. En la iglesia los que más sirven en los ministerios deberían ser los que más bendiciones han recibido.

2. Poco a poco deja de congregarse. Ahora consideran que tienen que cuidar la bendición cada quien tiene una excusa:

·       2.1. Los que cuidan sus negocios dicen: si no trabajo no como, se les olvida que tienen negocio gracias Jesucristo.

·       2.2. Los que prefieren irse a pasear todos los domingos en lugar de congregarse para darle gracia s a Dios dicen: es que no podemos estar solo metidos en la iglesia. Por eso la recomendación del apóstol pablo es que no dejemos de congregarnos. Hebreos 10: 25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.

·       2.3. Los seres humanos somos seres de costumbre, nos acostumbramos hacer lo bueno o nos acostumbramos hacer lo malo.

3. Ya no colabora económicamente con la obra, ni ayuda a los demás y si lo hace no lo hace de la manera que lo debería hacer. Deuteronomio 15: 10 “No seas mezquino, sino generoso, y así el Señor tu Dios bendecirá todos tus trabajos y todo lo que emprendas.

·       3.1. El bendecir la obra de Dios y a los demás es lo que hace que cada día seamos más bendecidos.

·       3.2. Cuando no tenía diezmaba con alegría de lo poco que tenía, ahora que es bendecido en gran manera ya le duele colaborar en proporción a lo que recibe.

4. Su oración ya no es tan constante, solo ora cuando tiene tiempo, ya los ayunos y grupos de oración no le parecen tan importantes.

·       4.1. La recomendación de Jesucristo es que nunca dejemos de orar. 1 tesalonicenses 5: 16-17 “Estad siempre gozosos. 17 Orad sin cesar.

·       4.2. Jesucristo era un hombre muy famoso y por ende muy ocupado, pero siempre apartaba un tiempo para estar con su padre Jehová. Lucas 5: 15-16 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. 16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Que las bendiciones que recibimos de parte de Jesucristo nunca nos cambien para mal, si en algo hemos de cambiar que sea para bien, para ser más humildes y más entregados a Jesucristo y su obra aquí en la tierra.