El deseo de todos los que
amamos a Jesucristo y a su padre Jehová es tener un encuentro maravilloso con
ellos.
Ellos
son espíritu y sería muy difícil tener un encuentro de manera física. Es por
eso que el mandato de Jesucristo es que lo adoremos en espíritu y en verdad.
Juan 4: 23 “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también
el Padre tales adoradores busca que le adoren”
Nuestros ojos físicos no los
pueden ver al igual que nuestras manos físicas no los pueden tocar.
Abraham tenía un privilegio
muy grande él podía disfrutar de la presencia de Dios de manera directa ya que
Dios se le personificaba. Génesis 18: 1 “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre,
estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.”
Hoy nosotros podemos disfrutar de esa misma bendición a través de la Adoración,
la alabanza y la oración.
Dios se manifiesta en medio
de la alabanza. 2 Crónicas 5: 13 -14 “Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos
a una, para alabar y dar gracias a Jehová: y a medida que alzaban la voz con
trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová,
diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre: entonces
la casa se llenó de una nube, la casa de Jehová. 5:14 Y no podían los
sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de
Jehová había llenado la casa de Dios.”
Si Dios se manifiesta en
medio de la alabanza entonces ¿Por qué muchas personas no pueden sentir la
presencia de Dios?
Para sentir la presencia de Dios, es necesario:
1. Tener un corazón
dispuesto o sensible a escuchar su voz y a sentir su presencia. Salmo 108: 1 “Mi corazón está dispuesto,
oh Dios; Cantaré y entonaré salmos; esta es mi gloria”
2. Humillarse delante de
Dios. Génesis 18: 2 “Y
alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando
los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en
tierra”
3. Querer honrar a Dios. V
3-4 “y dijo:
Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu
siervo. 18:4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies;
y recostaos debajo de un árbol” que tan dispuestos estamos a dar
algo por Dios. Algo de nuestra comodidad, dejar la pereza.etc.
4. Estar dispuesto a dar lo
mejor de nosotros para Dios y su obra. V 7-8 “Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un
becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo.
18:8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron”
18:8 Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron”
Beneficios de un encuentro con Dios:
1. Dios cumple nuestros
anhelos, claro solo en el tiempo de Dios.
V 10 “Entonces
dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu
mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba
detrás de é”
2. Podemos interceder. V 30
“Y dijo:
No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y
respondió: No lo haré si hallare allí treinta”
Para poder disfrutar de las
bendiciones de Dios es necesario creer con seguridad que para Dios no hay nada
imposible. V 14 “¿Hay
para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el
tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo”
Y para poder disfrutar de su
presencia es necesario que estemos dispuestos abrir nuestro corazón a
Jesucristo. Apocalipsis 3: 20 “He aquí, yo estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré
con él, y él conmigo.”
Recuerda la oración no solo
es para pedir o exigir un milagro, la oración es la puerta que nos conduce a la
presencia de Dios. Deléitate en Jehová y el concederá las peticiones de tu
corazón.