La perfección consiste en
alcanzar el máximo nivel posible. El ser perfectos para Dios no es una opción
es una obligación. Dios nos manda a ser perfectos. V 1 “Era Abraham de edad de noventa y nueve
años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda
delante de mí y sé perfecto”
Este
mandato sigue siendo vigente aun en nuestros días.
Mateo 5: 48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto.”
La perfección más que una
meta es un diario vivir caminando de la mano de Jesucristo. Filipenses 3: 12 “No que lo haya alcanzado
ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello
para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.”
Las promesas de Dios se las
consigue a medida que dejamos que Jesucristo nos lleve a la perfección. V 2 “Y pondré mi pacto entre
mí y ti, y te multiplicaré en gran manera”
La perfección no es algo que
se consiga de la noche a la mañana para lograrlo se requiere estar dispuesto a
cortar de nuestra vida lo que origina la imperfección. V 11 “Circuncidaréis, pues, la
carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros”
El no aceptar la corrección
implica vivir en la mediocridad. V 14 “Y el varón incircunciso, el que no hubiere
circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su
pueblo; ha violado mi pacto.”
Dios quiere que cortemos de
nuestro corazón todos esos sentimientos que no nos dejan avanzar, la envidia,
el orgullo, la falta de perdón. Etc. Jeremías 4: 4 “Circuncidaos a Jehová, y quitad el
prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea
que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la
maldad de vuestras obras.”
En el corazón de muchas
personas hay complejos de superioridad o de inferioridad que se convierten en
estorbo para poder progresar teniendo en cuenta que el progreso y la
prosperidad no necesariamente tienen que ver con abundancia de dinero. La
verdadera prosperidad es vivir satisfecho, vivir bien con lo que se tiene.
La perfección tiene que ver
con el estado de ánimo de una persona, la infelicidad comienza cuando no
valoramos lo que tenemos por estar deseando lo que no se tiene. 1 Timoteo 6: 8
“Así que,
teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”
Estar contento con lo que se
tiene no quiere decir que debemos resignarnos, esto quiere decir que mientras
luchamos por avanzar y obtener cosas mejores disfrutemos lo que tenemos.
Dios quiere hacer de nosotros
personas perfectas para esto dejo su palabra. Solo a trabes de la obediencia a
sus mandatos lo podemos lograr. 2 Timoteo 3: 16 “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, 3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra.”
Si quieres llegar a ser
perfecto acepta la corrección. Sin corrección no hay perfección. Solo luchando
cada día por ser mejores llegaremos a conseguirlo. Hoy proponte ser mejor que
ayer: mejor padre, mejor hijo, mejor esposo, mejor cristiano. Etc.