Dios nos hizo seres emocionales es
por esto que nos es tan fácil dejarnos dominar por ellas. Cuantos problemas nos
habríamos evitado si no permitiéramos que nuestras emociones nos dominen.
Las emociones nos pueden ayudar o
nos pueden perjudicar todo depende de cómo las manejamos.
Para
Dios es mucho más importante una persona que se sabe dominarse a sí mismo que
alguien con la capacidad de dominar un ejército o una ciudad. Proverbios 16: 32
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de
su espíritu, que el que toma una ciudad.”
Alguien puede tener el control de
muchas personas pero si él es controlado por sus emociones las personas que
están bajo su autoridad también serán controladas por las emociones.
Porque no debemos dejarnos controlar por nuestras emociones.
1. Nuestro corazón que representa a
las emociones es engañoso. V 9 “Engañoso es el corazón más que todas
las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” hoy podemos estar
contentos y ese sentimiento nos lleva a tomar una decisión, pero mañana podemos
estar tristes y querer cambiar esa decisión.
2. Nuestro corazón guarda todos
nuestros errores o aciertos. V 1 “El pecado de Judá escrito está con
cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su
corazón, y en los cuernos de sus altares,” el dejar nuestras
emociones almacenadas en nuestro corazón hace que nos convirtamos en personas
tercas y difíciles de perdonar o pedir perdón.
3. Nos llevan a confiar en el
hombre. V 5 “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el
hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.” las
emociones nos hacen creer que nuestra felicidad o infelicidad depende de los demás.
Debemos confiar en los demás pero no debemos depender de ellos. Nuestra dependencia
solo es Jesucristo.
4. Nos hace perder la capacidad de
discernir entre el bien y el mal. V 6 “Será como la retama en el desierto, y
no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto,
en tierra despoblada y deshabitada.” cuando
estamos emocionados por lo general no podemos distinguir entre lo que me
conviene y no me conviene. Las emociones nos llevan a creer que todo es bueno o
que todo es malo.
5. Nos impide pensar con claridad,
nuestra mente se nubla y no podemos ver con claridad lo que tenemos que hacer.
V 10 “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el
corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
Que debemos hacer para no dejarnos dominar por nuestras emociones.
1. Cuida tu corazón. Proverbios 4:
23 “Sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” No permitas
que las circunstancias de la vida dañen o endurezcan tu corazón.
2. Cuida tu manera de pensar. Filipenses
4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza,
en esto pensad.” Las buenas decisiones no se las toma solo con el
corazón o solo con la mente. Las mejores decisiones son aquellas en las cuales utilizamos
el corazón y la cabeza.
3. Confía solo en Jehová. Jeremías
17: 7-8 “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya
confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las
aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el
calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni
dejará de dar fruto.”
Nuestras emociones sin control nos llevan
a una vida de destrucción. Las emociones bien controladas nos sensibilizan y nos
hacen más conscientes de lo que hacemos.
Las emociones son las que nos hacen
amar y también odiar, no dejes que se desorden o terminen dominándote. Si vas a
tomar una decisión importante primero tranquilízate deja que tus emociones
reposen y te permitan ser objetivo.