Si Jesucristo nos facilita el
aprendizaje a través de los recursos que el utiliza no tenemos pretexto para
decir que pecamos porque no entendíamos.
Jehová
quería darle un mensaje a Jeremías pero para estar seguro que le entendería lo
llevo a la casa del alfarero para en ese lugar poder explicarle lo que tenía
que decirle. V 1-2 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:
Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.”
Nosotros también deberíamos luchar
por llegar a ser unos magníficos maestros de esta forma todos podrían
entendernos cuando oles estamos hablando.
La mejor forma que tenemos para
hacer que otras personas hagan lo que queremos no es el mandar o el obligar la
mejor forma es enseñar de manera
didáctica o con ejemplos.
Los padres estamos llamados a ser maestros.
Solo de esta forma podremos formar la vida de nuestros hijos. Para ser un buen
maestro se necesita: paciencia, tolerancia, imaginación y amor.
Que quiere enseñarnos Jehová
llevando a Jeremías al taller del alfarero.
1. Jehová es como el alfarero. Es
el quien nos da forma. V 6 a “¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh
casa de Israel? dice Jehová.” solo Jesucristo cambia nuestra
manera de vivir.
2. Nosotros somos como el barro. V
6 b “He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en
mi mano, oh casa de Israel.”
Cuando nosotros llegamos a la casa
del alfarero es decir cuando tomamos la decisión de recibir a Jesucristo en nuestro
corazón llegamos como una vasija rota y el gran alfarero nos hace de nuevo. V 4
“Y la
vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo
otra vasija, según le pareció mejor hacerla.” solo
Jesucristo puede restaurarnos de tal manera que somos nuevas criaturas. 2
Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Que debemos entender de esta ilustración.
1. Que es Jehová quien nos da la
forma que él quiere. Job 10: 9 “Acuérdate que como a barro me diste
forma; ¿Y en polvo me has de volver?”
2. No podemos contender con nuestro
hacedor. Isaías 29: 16 “Vuestra perversidad ciertamente será
reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me
hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entendió?” pablo también
nos recuerda que Jesucristo es nuestro alfarero y nosotros tan solo barro. Romanos
9: 20 “Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú,
para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me
has hecho así?”
3. Dios es libre de hacer con
nosotros lo que él quiera. Isaías 45: 9 “¡Ay del que pleitea
con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que
lo labra: ¿Qué haces? o tu obra: No tiene manos?”
4. Debemos entender que somos obra
de Dios. Isaías 64: 8 “Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros
barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.”
Hablar en teoría de como el barro
es transformado en un bello jarrón es fácil. Pero si nosotros somos eses barro
debemos tener muy claro como es ese proceso.
1. El Barro es amasado y hasta
pisoteado para ser manejable. Y eso es lo doloroso para nosotros.
2. Después de darle forma y
quitarle todos los residuos es metido al horno.
3. Tiene que ser lijado para poder
ser pintado y así al final convertirse en una vasija útil y hermosa.
El que Jehová sea nuestro alfarero
significa que para poder llegar a ser vasijas perfectas y útiles es necesario
estar dispuestos a pasar por todos esos procesos que para nosotros son las
pruebas y sufrimientos que tenemos que soportar en esta rueda de la vida.
Pero lo más importante es que no importa por
cuantas pruebas tengamos que pasar Jesucristo siempre estará con nosotros para
ayudarnos. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré
contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te
quemarás, ni la llama arderá en ti.”