La forma de ser de las personas depende mucho de quienes los educan y preparan en su crecimiento. Salomón era un hombre muy activo ya que su padre David siempre estuvo pendiente de él. Las últimas palabras de David estaban dirigidas a la formación personal y espiritual de Salomón. 1 Crónicas 28: 9-10 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; más si lo dejares, él te desechará para siempre.”
Salomón no tuvo el mismo cuidado de
formar a su hijo roboam. Y esto
hiso que el fuera un pusilánime, un niño
consentido o un bueno para nada. V 7 “Y se juntaron con él hombres vanos y perversos, y
pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y pusilánime,
y no se defendió de ellos”
Como hacer que una persona en
especial un hijo no sea un pusilánime.
1. No le hagas todo entrénalo. Salmos
144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos
para la batalla, Y mis dedos para la guerra;” el meter a nuestros hijos
en una burbuja de cristal no es la solución para protegerlos del mundo.
2. Involúcralos en lo que haces. No
solo pienses en heredarle a tu hijo tu fortuna enséñale como debe administrarla.
3. No pretendas evitarle todo
sufrimiento o necesidad. La necesidad nos obliga a mejorar lo que hacemos o lo
que tenemos. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo.”
Lo contrario a pusilánime seria. Emprendedor,
luchador, esforzado, valiente. Haciendo un esfuerzo de nuestra parte podría servir
para llegar a ser un triunfador. Pero además de eso sería muy importante si:
1. Creemos en Dios. Solo él puede transformar nuestra
forma de ser. V 10 “Mas en cuanto a nosotros, Jehová es nuestro Dios, y no
le hemos dejado: y los sacerdotes que ministran delante de Jehová son los hijos
de Aarón, y los que están en la obra son los levitas”
2. Nos sometemos a Dios. V 12 “Y he aquí Dios
está con nosotros por jefe, y sus sacerdotes con las trompetas del júbilo para
que suenen contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra Jehová el
Dios de vuestros padres, porque no prosperaréis” una cosa
es creer que Dios existe y otra muy diferente es someternos a su voluntad. Creer
puede creer cualquiera. Santiago 4: 4 “”
3. Clamar a Dios. V 14 “Y cuando miró
Judá, he aquí que tenía batalla por delante y a las espaldas; por lo que
clamaron a Jehová, y los sacerdotes tocaron las trompetas.” solo una
persona humilde es capaz de reconocer que Dios nos puede ayudar.
4. Confiar en Dios. Confiar es
mucho más que tan solo creer. Confiar es entregar, es dejar que Dios haga de
nosotros lo que él quiera. V 15 “Entonces los de Judá gritaron con fuerza; y así que
ellos alzaron el grito, Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de
Abías y de Judá”
5. Creer que no es lo que tengo lo
que me da el éxito sino lo que hago con lo que tengo. Hay muchas personas que
con pocos recursos hacen grandes cosas y hay otros que teniendo mucho hacen muy
poco y algunos nada. Abias sabía que con tan solo cuatrocientos podía enfrentarse
a ochocientos soldados. V 3-4 “Entonces Abías ordenó batalla con un ejército de
cuatrocientos mil hombres de guerra valerosos y escogidos: y Jeroboam ordenó
batalla contra él con ochocientos mil hombres escogidos, fuertes y valerosos.
13:4 Y se levantó Abías sobre el monte de Zemaraim, que es en los montes de
Efraín, y dijo: Oídme, Jeroboam y todo Israel.”
El ser un pusilánime o no depende
de la formación que nos dieron pero con Cristo podemos cambiar el ser pusilánimes
por ser personas emprendedoras y valientes. Con Jesucristo podemos decir que lo
que queremos ser es nuestra decisión no depende de los demás. Depende de ti
pero sobre todo depende de nuestra relación con Dios.