lunes, noviembre 11, 2013

Probando la paciencia. Génesis 40.

Nada de lo que sucede en la vida de un hijo de Dios es obra de la casualidad. José iba a recibir algo muy grande delante de Dios ya todos los sabemos el iba a ser el administrador de Egipto, el segundo en mando después de faraón.
La delegación no era pequeña por lo tanto el entrenamiento tampoco podía ser pequeño.
Un jugador ocasional de fútbol que de vez en cuando juega en el equipo del barrio no necesita tener un entrenamiento fuerte como e jugador de un equipo profesional. Un atleta de alto rendimiento no puede tener el mismo entrenamiento de un atleta novato.
Dependiendo del galardón también es la preparación. Al que más se le da más se le demanda. Lucas 12: 48 “Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
Para que José pudiera tener éxito en el propósito que Dios tenia para él era necesario que superara una de las pruebas más difíciles que tenemos los hombres en nuestra vida…La ¡Paciencia!
En muchas ocasiones hemos perdido muy buenas oportunidades de prosperar por no tener paciencia, la impaciencia causa ansiedad en una persona y la ansiedad hace que cometamos muchos errores.
La sociedad se mueve en la era de lo inmediato, todo lo queremos ya y ahora, muchas enfermedades modernas son ocasionadas por el estrés que ocasiona la ansiedad y por la mala alimentación, no tenemos tiempo para comer algo saludable, todo es instantáneo.
Lo queremos todo tan rápido que no tenemos tiempo para tratar con los demás, ya no tenemos tiempo para la familia, muy pocas veces comemos juntos, no tenemos tiempo para interesarnos en los demás, cada vez somos más aislados y esto ocasiona también cada vez mas hogares débiles y fáciles de destruir.
Dios permite que a la cárcel lleguen dos personajes. V 1-3 “Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto.
40:2 Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos,  40:3 y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso
Dios permite que José le interprete el sueño al  copero del rey, un sueño favorable para él copero y aparentemente también para José. V 13 “Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero
El deseo de salir de la cárcel estaba rondando el corazón y la mente de José, y esta era la oportunidad de lograrlo, el copero tenía confianza con el faraón. Qué momento más oportuno para poder ser libre. La esperanza de José estaba puesta en el copero 14 “Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.  40:15 Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel.
Lo que José no sabía es que Dios solo quería alimentar en José la idea de salir de la cárcel para después probar su paciencia. Definitivamente todavía no era la hora de que José saliera de la cárcel. V 23 “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
Una persona madura es aquella que puede retardar su necesidad de satisfacer algo inmediatamente, que sabe que las cosas requieren su tiempo y que las cosas que no dependen de él tienen su propio ritmo.
No se trata de sentarnos a esperar que las cosas pasen sin más sino tener una espera activa, de crear circunstancias que promuevan lo que buscamos, trabajando para estar preparados para cuando llegue la ocasión y disfrutando del momento.
Si quieres algo en tu vida que todavía no ha llegado, no te desesperes, no te concentres en lo que no tienes, disfruta lo que tienes y con ello procura crear situaciones que te acerquen a lo que quieres.






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