El tener una meta nos da vida, nos
da ganas de vivir, una meta se convierte en el punto de referencia para saber
si estamos avanzando o estamos estancados.
Tener metas en la vida
es tan importante como la vida misma. Ellas hacen que la vida valga la pena, te
aportan entusiasmo, te permiten obtener logros cuando las alcanzas y enorgullecerte de ello, dan sentido
a tu vida, hacen que ocupes tú tiempo de manera productiva en vez de
malgastarlo con pasatiempos que no te aportan nada.
Es necesario fijarnos metas para
lograr lo que nos proponemos. Las metas no son el fin, las metas nos acercan a
nuestro fin.
Para ser
una persona de éxito y tener unas buenas metas es necesario:
1. Saber que quiero. Esaú no sabía
que es lo quería. Génesis 25: 32 a “Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir;”
2. Anhelar lo que se quiere. Todo logro
en la vida parte de un anhelo vehemente en nuestro corazón, esto nos permite
luchar. Esaú no anhelaba la primogenitura tanto que la desprecio. 32 b “¿para qué, pues, me servirá la
primogenitura?”
3. Establecer un propósito. El propósito
es mucho más que solo anhelar o querer, el propósito hace parte de la acción,
es establecer como lo voy a lograr. Jacob si sabia como lograr lo que quería. V
31 “Y Jacob respondió:
Véndeme en este día tu primogenitura.”
La falta de tener un propósito hace
que perdamos nuestros principios o que los vendamos al mejor postor. V 33-34 “Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y
él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. 25:34 Entonces
Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se
levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.”
El fin no justifica los medios: no
dejes que tu propósito se salga de control. Un propósito sin control nos lleva a:
1. Vivir de apariencias, a tener
una doble vida. Génesis 27: 15 “Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los
preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor”
2. A vivir de mentiras. V 19 “Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu
primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de
mi caza, para que me bendigas”
3. Causamos dolor a los demás y a
nosotros mismos. V 34 “Cuando
Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga
exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.”
4. Provocamos odio en las demás personas.
V 41 “Y
aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y
dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi
hermano Jacob.”
El afán de conseguir nuestras metas
no deben llevarnos aprovecharnos de la necesidad de los demás. Esto se llama
ser oportunista. Jacob se aprovecho de que su hermano estaba con hambre y
cansado. Génesis 25: 30 “dijo
a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado.
Por tanto fue llamado su nombre Edom”
No es
necesario que tengas grandes metas, pueden ser metas pequeñas. Lo importante es
que tengan sentido para ti y sean tuyas, tus deseos, tus anhelos, te ayuden a
solucionar problemas y a hacer que tu vida sea más satisfactoria.
Busca un propósito que le de realce
a tu vida, un propósito que te oxigene y no permita que caigas en la rutina,
hay gente que solo come para vivir y vive para comer.
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