AUDIO.
Hacer esta pregunta a alguien que es cristiano suena un tanto ilógico, pero hay muchos cristianos que lo son hace ya muchos años y sabes que es lo más triste es que siempre se les escucha decir que no sienten a Jesucristo, y no pueden disfrutar de su presencia.
Jacob era un hombre engañador
estaba huyendo de su hermano Esaú por haberlo engañado y robarle la
primogenitura y la bendición de su padre.
Jacob estaba cansado, estaba durmiendo
de manera incomoda con unas piedras como cabecera pero sin darse cuenta estaba
propiciando un momento especial de intimidad con Dios ahí en ese lugar apartado
del bullicio que generan las multitudes. V 11 “Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el
sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su
cabecera, y se acostó en aquel lugar”
A pesar de su vida desordenada en
esa quietud de la noche tuvo un encuentro maravilloso con Dios. V 12 “Y soñó: y he aquí una escalera que
estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de
Dios que subían y descendían por ella.”
Jacob no sabía que Dios estaba a su lado. V 16 “Y despertó Jacob de su sueño, y dijo:
Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía” hay
muchas personas que estando en el templo a la hora del culto no sienten la
presencia de Jesús simplemente porque no creen a las promesas de Dios. Mateo 18:
20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos.” La presencia de Dios no depende de los demás ni tampoco
del templo Jesús esta donde están dos o tres; el disfrutar su presencia depende de tu disposición a quererlo sentir.
Jacob no estaba acostumbrado a este
tipo de encuentros con Dios tanto que se asusto de su presencia. V 17 “Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es
este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.”
Pero Jacob no era el único que no
podía disfrutar de la presencia de Dios. Cuando Jesús resucito se apareció en
el camino a unos de sus seguidores pero no lo pudieron reconocer. Lucas 24: 13
- 16 “Y he
aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a
sesenta estadios de Jerusalén. 24:14 E iban hablando entre sí de
todas aquellas cosas que habían acontecido. 24:15 Sucedió que mientras
hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con
ellos. 24:16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le
conociesen.”
Las ocupaciones y las
preocupaciones muchas veces no nos permiten disfrutar de la presencia de
Jesucristo en nuestra vida. Lucas 10: 40-41 “Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y
acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?
Dile, pues, que me ayude. 10:41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás
con muchas cosas.”
Para poder sentir la presencia de Dios
es necesario anhelarlo, desearlo con todo el corazón. Cuando el Rey David iba
al templo anhelaba poder contemplar la hermosura de Jehová es por eso que él se deleitaba en su
presencia. Salmo 27: 4 “Una
cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová
todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”
Ventajas de entrar a la presencia de Dios:
1. Podemos escuchar su Voz. V 13 “Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de
ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de
Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia” ¿hace
cuanto que no escuchas la vos de Dios?
2. Tenemos sus promesas. V 14 “Será tu descendencia como el polvo de
la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas
las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente” no puedes
ver convertida una promesa que no te apropias, las promesas eran para Abraham y
para Isaac pero Jacob las tomaba como para él.
3. Tenemos su protección. V 15 “He aquí, yo estoy contigo, y te
guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque
no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.” Si tú
crees que Jesucristo te protege ¿entonces porque te desesperas? Entonces ¿por
qué sigues dependiendo del mundo o del hombre?
Solo si logramos deleitarnos en su
presencia lograremos que él nos conceda todas las peticiones de nuestro
corazón. Salmo 37: 4 “Deléitate
asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”
Dispón tu corazón para escuchar y para
ver a Jesucristo a través de la oración, no dejes que las preocupaciones o el
que dirá de la gente te impidan disfrutar de su maravillosa presencia.
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