jueves, octubre 24, 2013

Confiar o creer. Génesis 21.

Muchas veces nosotros nos jactamos de creer en Dios y hasta en ocasiones le reclamamos a Jesucristo cuando no recibimos un milagro porque consideramos que es injusto que él no nos escuche cuando nosotros creemos en el.
Consideramos que el creer es la llave o la formula que obliga a Dios a que haga un milagro. Que tú creas es maravilloso, pero sabes cuál es la mala noticia que tú no eres el único. Cuando se trata de creer hasta los demonios creen, Santiago 2: 19 “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
Abraham era un hombre de mucha fe, él creía de manera total en Jehová pero tenía un gran problema con su hijo Isaac y su esposa Sarai. V 10-11 “Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.  21:10 Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo.
 El problema de Abraham no estaba en el no creer, ahora estaba a punto de tener su primera prueba de confianza. Confianza es entrega total, es rendirse a la voluntad de otro. Ejemplo: si tu miras todos los días que un equilibrista por encima de una soga pasa de un lado al otro de un abismo, y alguien te pregunta que si tú crees que él es capaz de pasarse la cuerda. ¿Qué dorias? Lo más lógico sería que tu digas que si, tu lo has visto por eso crees. Lo mismo pasa con Jesucristo hemos visto, hemos sentido milagros por eso creemos que él los puede hacer.
Creer que el equilibrista es capaz de pasar por esa cuerda es fácil. Pero si te dicen que si eres capaz de subirte a los hombros de aquel equilibrista y pasar con el por la soga. ¿Lo harías? …a esto le llamamos confianza. Tú puedes creer en el equilibrista…pero ¿puedes confiar tu vida en él?
Cuando se tiene todo, cuando nada nos hace falta es fácil creer en Dios, pero solo se confía cuando se está pasando necesidades, cuando se está enfermo, cuando todas las puertas parecen cerrarse.
Abraham tenía mucho miedo de mandar a su hijo al desierto esto sería condenarlo a muerte. V 12 “Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia.
Abraham confió en Jehová y le entrego la vida de su hijo. V 14 “Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba
Dios nunca nos dejara abandonados, tal vez tu como padre no puedas estar en todo lugar con tus hijos para protegerlos, pero confía Cristo los cuidara por ti. V 17 “Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
No importa cuán difícil parezca la situación que estamos viviendo. Cristo siempre nos mostrara la solución, el es luz. V 19 “Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho” Jesucristo no nos evita los problemas pero siempre nos ayudara a encontrar la solución.
Confía en Jesucristo él nunca nos abandonara no importa cuán grande sea el desierto que tengamos que atravesar. V 20 “Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco

Cristo quiere pelear por ti, Cristo quiere llevarte entre sus brazos, permítele que él te ayude y deja de pelear en tus propias fuerzas.



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