Hay muchas personas que tienen una
vida de escases, son muy pobres y sabes cuál es su sueño. Un día levantarse con
la noticia de que son hijos de un gran magnate. De un millonario que les cambie
su manera de vivir.
Hay
muchos que no tienen necesidad económica en lo material lo tienen todo pero su
corazón esta vacio. Y a lo mejor ningún padre en este mundo podría satisfacer
su necesidad.
Hay una noticia maravillosa para
todos los que de alguna manera se sienten abandonos o huérfanos y en el peor de los casos
huérfanos teniendo padres.
Esa noticia maravillosa es que ahora
tenemos un padre grandioso que si puede cambiar nuestra manera de vivir. V 1 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,
para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque
no le conoció a él.”
Para tener ese privilegio hermoso
de ser hijos de Dios lo único que tenemos que hacer es recibir a Jesucristo en
nuestro corazón. Juan 1: 12 “Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios;”
El ser hijos de Dios nos hace
semejantes a él. V 2 “Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal como él es”
Dios es amor. 1 Juan 4: 8 “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” si
nosotros somos semejantes a Dios significa que también somos amor por lo tanto
tenemos la capacidad de amar y dejarnos amar.
No importa si en el mundo nunca recibimos
amor, tal vez provenimos de padres maltratadores. Pero lo bueno es que con
Jesucristo nacemos de nuevo. Juan 3: 3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te
digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”
Cuando una persona pobre o de
condición muy humilde es adoptado por un millonario, no solo debe prepararse
para disfrutar de sus riquezas, también debe prepararse para encajar en esa
nueva forma de vida.
Ahora tiene que aprender a
comportarse como un millonario: debe cambiar su manera de caminar, de comer en
la mesa, de vestirse. Etc. su vida es transformada en su totalidad. Ser millonario
es mucho más que tener tan solo abundancia de dinero. Ser millonario es tener
clase.
Ahora que somos nuevos en Cristo
tenemos que esforzarnos por vivir diferente, nuestro esfuerzo resultara
fructífero con la ayuda de Jesucristo.
Características de un hijo de Dios.
1. Purificarse. Ahora debemos tomar
la decisión de purificarnos, limpiarnos de los resabios de nuestra pasada
manera de vivir. V 3 “Y
todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él
es puro”
2. Haceptar que Jesucristo es quien nos limpia de pecado. V
4-5 “Todo aquel que
comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la
ley. 3:5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay
pecado en él.” Ya no podemos anhelar
3. Amar a nuestros hermanos. V 14 “Nosotros sabemos que hemos pasado de
muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece
en muerte.”
4. Estar dispuestos a entregarlo todo por los demás. V 16 “En esto hemos conocido el amor, en que
él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por
los hermanos.”
5. Tener la capacidad de ayudar a quienes lo necesitan. V 17
“Pero el que tiene
bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su
corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?”
Un hijo de Dios no solo ama de palabra, es capaz de demostrar
su amor a través de los hechos. V 18 “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad.”
Un verdadero hijo de Dios es quien guarda sus mandamientos. V
24 “Y el que guarda sus
mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él
permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.”
La diferencia de un hijo de Dios con
un hijo del diablo esta en conocer el amor de Dios y ponerlo en práctica. V 10
“En esto se
manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace
justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”
Recuerda el ser hijos de Dios no
solo es creerse mejor es actuar mejor, es
vivir mejor. Un hijo por lo general siempre se parece a su padre, tú y
yo tenemos que parecernos a Jehová Dios.
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