Y no necesariamente debe ser un
gran tesoro, si usted está de viaje ¿dejaría
su maleta en cualquier lugar? Cierto que no.
El reino
de los cielos es como un maravilloso tesoro, y lógicamente hablar de ganarse el
cielo es ganarse la salvación y la vida eterna. Mateo 13: 44 “Además, el reino de los
cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla,
y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra
aquel campo”
Por las cosas materiales si nos
preocupamos en gran manera tal vez porque es algo que se puede ver. Pero de las
cosas espirituales que no se pueden ver como lo es la salvación no tenemos la
misma preocupación.
La salvación es algo que Jesús pago
con su sangre para que nosotros la pudiéramos disfrutar de manera gratuita.
Cuando estábamos en el mundo estábamos
muy lejos de ella ahora que hemos recibido a Cristo en nuestro corazón, podemos
decir que esa salvación maravillosa y tan anhelada está más cerca de nosotros. 13:
11 “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos
del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando
creímos.”
Entre más cerca estemos de
conseguir un objetivo más cuidado debemos tener, un equipo de futbol que está
consiguiendo el resultado que necesita tiene que cuidarse mucho más cuando el
partido está a punto de acabarse.
La salvación es algo similar entre
mas años tengamos de conocer de Cristo mas nos tenemos que cuidar. Hebreos 2: 3
“¿cómo escaparemos nosotros, si
descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente
por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,”
En el mundo hay un dicho que dice
en la puerta del horno se quema el pan. Muchas de las cosas importantes que hemos
perdido las hemos perdido en el último momento.
La preocupación de pablo era que
tuviera que perder la salvación en el último momento, de nada le serviría haber
trabajado tan duro, enseñarle a tanta gente y el quedarse de ultimo. 1
Corintios 9: 26-27 “Así
que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no
como quien golpea el aire, sino
que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido
heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”
Cuando recibimos a Jesucristo en
nuestro corazón tenemos la esperanza de un día obtener la salvación. 1
Tesalonicenses 5: 8 “Pero
nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza
de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.”
La salvación es algo que tenemos
que trabajarla diariamente. Filipenses 2: 12 “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido,
no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos
en vuestra salvación con temor y temblor”
Pensar que la salvación no se
pierde es la manera más cómoda de vivir el evangelio. Total podemos vivir de
cualquier manera y seguimos tranquilos. Sin ningún temor ni temblor.
La salvación es gratis para
nosotros ya que Jesucristo pago por ella y pago un precio muy alto, la pago con
su sangre preciosa. La salvación como tal no nos cuesta, lo que nos cuesta es
llegar a ella y sobre todo mantenerla.
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