Cada vez parece crecer más el
cristianismo, podemos ver mucha gente que de manera desesperada busca iglesias
cristianas, estadios, coliseos donde digan que esta Jesús.
Los pastores se gozan en gran
manera de poder predicar a grandes multitudes.
Según muchos siervos de Dios
estamos en despertar espiritual, el avivamiento a llegado gritan algunos.
Pero
la pregunta del millón. ¿Por qué esta gente está buscando a Jesús con tanto afán
y desesperación?
En los tiempos de Jesús estaba
pasando algo similar la gente quería estar con Jesús. V 22 “El día siguiente, la gente que estaba
al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que
Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido
solos”
Lo buscaban donde quiera que el
este, no les importaba lo que tuvieran que hacer, ellos querían estar con él. V
24 “Cuando vio, pues, la
gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y
fueron a Capernaum, buscando a Jesús.”
Se alegraban mucho cuando lo
encontraban. V 25 “Y
hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?”
Todo esto parecía maravilloso, ver
como las multitudes se desesperaban por estar con Jesús, muchos pastores de hoy
en día dirían: ¡Que bendición!
Pero Jesús sabia cual era la verdadera
causa por la cual lo buscaban. V 26 “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto
os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque
comisteis el pan y os saciasteis.” Si… ellos lo buscaban solo por lo
que él les podía dar, no lo hacían por amor a él, o porque querían cambiar su
manera de vivir. Solo era el interés lo que los movía, nada diferente a lo que
pasa hoy en día. Multitud de personas se reúnen en los estadios pero solo por
un milagro, salen del estadio y su vida sigue siendo tan miserable como
siempre.
A Jesús le duele que la gente lo
busque solo por conveniencia, el quiere que lo busquemos con milagros o sin
milagros. En la gente que cree en el solo por los milagros el no confía. Juan 2:
23- 24 “Estando
en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo
las señales que hacía. 2:24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos,
porque conocía a todos,”
Jesús prefiere que lo busquemos por
el regalo maravilloso que él tiene para nosotros, la salvación y la vida
eterna. V 27 “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque
a éste señaló Dios el Padre.”
Los verdaderos cristianos son
aquellos que se disponen a ser enseñados por el padre a través de su palabra. V
45 “Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.
Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.”
Los verdaderos adoradores de Jesús
son aquellos que están dispuestos a comerse a Jesús, comer su palabra y dejar
que ella lo transforme. V 54-56 “El que come mi carne y
bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
6:55 Porque
mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 6:56 El que come mi
carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.”
A muchos este tipo de palabra les
molesta, les parece que es demasiado duro, solo quieren oír que Dios es amor. V
60 “Al oírlas, muchos de
sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”
Pero la verdad del evangelio no es negociable,
Jesús no iba a dejar de predicar la verdad por dura que sea y los pastores deberíamos
hacer lo mismo. V 67 “Dijo
entonces Jesús a los doce: ¿Queréis
acaso iros también vosotros?”
Por dura que parezca la palabra de
Dios es vida para nosotros, solo a través de la corrección podemos llegar a ser
perfectos. V 68 “Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna.”
Si tu estas buscando a Jesús eso es
algo muy bueno. Pero deberías preguntarte. Porque lo estas buscando, que es lo que
te motiva hacerlo.