Dios es un Dios de excelencia, todo
lo que hace lo hace bien. Ser excelente no es ser perfecto, ser excelente es
luchar cada día por ser mejor.
Cada mañana cuando te levantes
proponte hacer de ese día un día mejor que ayer.
Que hoy luchemos por ser mejores padres,
mejores hijos, mejores estudiantes, mejores seres humanos que ayer.
Ser personas de éxito no es fácil,
de lo contrario todos lo fueran, pero tampoco es imposible de lo contrario
nadie lo hubiera logrado.
Todas
las cosas buenas necesitan de algo de esfuerzo.
Como tener una vida de éxito:
1. Ser Diligente. Una persona
diligente es aquella que hace las cosas a tiempo, en el momento en que se
requiere, hay cosas que no se pueden aplazar. V 5 “dirigiéndose a ellos,
dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará
inmediatamente, aunque sea en día de reposo?” hay un
dicho popular. “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”
2. Tener humildad. Solo cuando
respetamos y no nos creemos más que los demás podemos llegar a ser reconocidos
y valorados. V 10 “Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último
lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más
arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa” deja que
sea dios quien te enaltezca, no busques vanagloriarte. V 11 “Porque cualquiera que
se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.”
3. Dejar las excusas. Las personas
mediocres siempre tienen una excusa justa y hasta razonable para no avanzar ni
adquirir compromisos. V 18 “Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He
comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses”
4. Tener Prioridades. Debemos saber
qué cosas son importantes y urgentes que hacer. En lo espiritual Jesús esta por
encima de cualquier cosa. V 26 “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su
padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo.”
5. Saber que cada logro genera
sufrimientos. V 27 “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser
mi discípulo.” Cada día tiene su propio afán y es necesario aprender
a superarlo.
6. Planificar cada actividad. No dejes
las cosas al azar, saca papel y lápiz y haz un presupuesto. Hay personas que
gastan más de lo que ganan, tienen tanto desorden que no saben cuánto deben y
cuanto es suyo. V 28 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no
se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para
acabarla?”
7. Conocer tu debilidad. Esto me
permite prepararme y no enfrentarme a mi adversario de manera desigual. Conoce a
tu competencia no para envidiarle sino para esforzarte por cada día ser mejor. V
31 “¿O qué
rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera
si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?”
8. Manten tu esencia. No dejes que
los demás cambien lo que tú eres, que la decisión de cambio sea tuya y no de
los demás. El único que puede decidir sobre nuestra viuda es Jesucristo.
Recuerda. Tú puedes ser una persona
de éxito, lo único que tienes que hacer es tomar la decisión.