Solo cuando amamos lo que tenemos
lo podemos disfrutar, y nos gozamos cuando lo recuperamos porque lo hemos
perdido o a estado a punto de perderse.
Para Jesús lo más importante era y sigue
siendo el recuperar lo que se había perdido.
Lucas 19: 10 “Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”
Es por
esto que Jesús se sentía muy feliz cuando encontraba a alguien que estaba
perdido en el pecado. Lucas 15: 1 “Se
acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,”
Para los fariseos y los escribas
esto les resultaba algo desagradable, ellos no sabían del amor tan grande que
siente Jesús por los perdidos. V 2 “y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a
los pecadores recibe, y con ellos come.”
Cuando uno ama lo suyo es capaz de
dar cualquier cosa por recuperarlo si lo ha perdido. Juan 3: 16 “Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
Las personas que no aman lo que
tienen, no les importa si lo pierden. Hay personas que no aman la familia y son
tan egoístas pensando en su propia felicidad, que a ellos no les importa si el hogar
se destruye. No les importa lo que pueda pasar con sus hijos el día de mañana.
Para Jesús lo suyo es aquello con
lo cual vive en el momento. Lucas 8: 21 “El entonces respondiendo, les dijo: Mi
madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.”
Por ejemplo si una persona vive en
otra ciudad diferente a la de su nacimiento, la ciudad en la que ahora vive es
la suya y debe dar gracias a Dios por esa ciudad que lo acogió, esto es ser leal.
Jeremías 29: 7 “Y
procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a
Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.” Hay extranjeros que hablan
mal de la ciudad que los acogió y que gracias a ella pueden vivir dignamente ya
que en su tierra natal solo serian unos desempleados.
Jesús les explica que para él, Amar
lo que se le había perdido es tan importante como para:
1. El hombre que ama sus ovejas y
pierde una, no importa cuántas tenga el siempre va a querer recuperar la
perdida. V 4 “¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una
de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se
perdió, hasta encontrarla?”
2. La mujer que ama el dinero, no
importa cuanto tenga siempre hará lo que sea para encontrar la moneda perdida. V
8 “¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no
enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?”
3. El padre que ama su hijo, hace
fiesta el día que lo recupera. V 22 “Pero el padre dijo a sus
siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies.”
Hay personas que tal vez no han
perdido algo material, pero han perdido la paz, el gozo de vivir. Solo con Cristo
podemos tener un reencuentro con nosotros mismos. Amate a ti mismo y ama a los demás,
disfruta de lo que tienes. No esperes a perder lo que tienes para valorarlo. ¡En vida hermano...En vida!