Cuando la gente escucha que Dios
quiere que seamos perfectos lo primero que dicen es: eso es imposible, nadie
puede llegar a ser perfecto, el único perfecto es Dios.
Pero la palabra de Dios nos dice
todo lo contrario. La perfección es una orden. Para el pueblo cristiano. Deuteronomio
18: 13 “Perfecto
serás delante de Jehová tu Dios.”
Toda
la palabra de Dios es maravillosa, pero el sermón del monte es la esencia de lo
que Dios quiere de nosotros. Es la ley para el cristiano.
En el sermón del monte nos está
diciendo algunos de los pasos que nosotros podemos seguir para lograr la perfección.
Por eso el capitulo 5 concluye con la demanda que Dios tiene para nosotros. V 48
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en
los cielos es perfecto.”
Para Dios ser perfecto no es ser
intachable o sin pecado alguno, porque la misma palabra dice que nosotros somos
pecadores.
Ser perfecto significa ser
funcional, ser útil para algo, luchar por cada día ser mejor. Correr la milla
extra.
El sermón del monte nos habla sobre
una forma de vida. Veamos solo algunos de los muchos pasos que tenemos que
vivir para lograr la perfección:
1. Tener necesidad de aprender cada
día, no creer que ya lo sabemos todo. El que cree que ya lo sabe todo se
estanca y va en retroceso. V 3 “Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”
2. Tener sensibilidad a la voz de
Dios y a lo que pasa a nuestro alrededor.
V 4 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán
consolación.”
3. Ser pacificadores. V 9 “Bienaventurados
los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” Somos llamados
a ser parte de la solución y no del problema.
4. Debemos ser la sazón de la vida.
V 13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal
se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser
echada fuera y hollada por los hombres.” Tú y yo somos los encargados de hacer de esta vida insípida,
una vida agradable y con buen sabor.
5. Debemos ser luz. En un mundo que
vive en la oscuridad. V 14 “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad
asentada sobre un monte no se puede esconder.” Que nuestra vida brille tanto que
sirva como guía para los que están perdidos
6. Debemos ser de testimonio. V 16 “Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Nuestro testimonio
no solo debe ser al interior de la iglesia. En la iglesia todos ponemos carita
de ángeles. Los de afuera deben conocer a Dios por nuestra forma de comportarnos
entre ellos. 1 Pedro 2: 11- 12 “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os
abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 2:12
manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo
que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de
la visitación, al considerar vuestras buenas obras.”
7. Debemos ser ejemplos de
convivencia. V 21- 26 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No
matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 5:22 Pero yo os digo que
cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio…” el mundo
cada día está peor porque ha perdido la capacidad de ser tolerante.
8. Debemos ser personas de
compromiso. No necesitamos jurar por nadie. Nuestro si debe ser sí. V 37 “Pero
sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal
procede.”
9. En nosotros debe brillar el
amor. Somos hechos a imagen y semejanza de Dios y Dios es amor. V 46 “Porque
si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo
mismo los publicanos?” nuestro amor debe reflejarse en el buen trato a los demás,
sean nuestros amigo o enemigos.
Cada vez que oramos por nuestros
enemigos y uno de ellos se convierte a Cristo significa que ya tenemos un
enemigo menos y un amigo más.
La perfección solo la podemos alcanzar si aprendemos a
corregir nuestros errores. Con la ayuda de Cristo es posible.