La vida está llena de desafíos y obstáculos que pueden desanimarnos y hacernos dudar de nuestra capacidad para alcanzar nuestros objetivos. Pero es importante recordar que la perseverancia y la resiliencia son claves para el éxito. No te permitas que nada te detenga en el camino hacia tus sueños. La frase “¡Que nada te detenga!” es un grito de guerra, una llamada a la acción que nos impulsa a superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino. Es una afirmación de nuestra fuerza interior, nuestra determinación y nuestra capacidad de lograr lo que nos proponemos.
La meta del apóstol Pablo era llegar a roma V 1-2 “Cuando se decidió
que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros
presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta. 27:2 Y
embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia,
zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica.”
Muchas veces nosotros tenemos proyectos, metas y
por ser cristianos sentimos que todo marcha bien.
La diferencia entre un cristiano y uno que no lo es
radica en el discernimiento, guiados por el espíritu santo podemos saber cuándo
algo marcha mal. Y es nuestro deber anunciar el peligro. V 9-10 “Y habiendo pasado
mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el
ayuno, Pablo les amonestaba, 27:10 diciéndoles: Varones, veo que la navegación
va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave,
sino también de nuestras personas.”
Pero como es natural muchos no nos van a creer,
algunos creen que estamos locos. O que somos negativos. V 11 “Pero el centurión
daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.”
Y es inevitable que nos encontremos en medio de una
fuerte tormenta sin esperanza de poder salir. V 20 “Y no apareciendo ni
sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya
habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.”
Que hacer un cristiano cuando ya está en la
tormenta:
Bueno nuestra tendencia, es decir: se lo dije. V 21 “Entonces Pablo, como hacía ya mucho
que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto
conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para
recibir este perjuicio y pérdida.” Pero bueno
después de sacarnos la espinita. ¿Qué debemos hacer?
1. Mantener la calma y dar ánimo. V 22 “Pero ahora os
exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre
vosotros, sino solamente de la nave.”
2. Aprovechar el momento para dar a conocer a Dios,
que la gloria sea para él y no para nosotros. V 23-25 “Porque esta noche
ha estado conmigo el ángel del Dios de quién soy y a quien sirvo, 27:24
diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí,
Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 27:25 Por tanto, oh
varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha
dicho.”
3. Ser precavidos a pesar de nuestra fe en Cristo.
V 26 “Con todo, es necesario que demos en alguna isla.”
4. Cuidar y transmitir confianza a los que están
desesperados. V 33-34 “Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen,
diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin
comer nada. 27:34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues
ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.”
5. Ser ejemplo de confianza y agradecimiento a
Dios. V 35 “Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de
todos, y partiéndolo, comenzó a comer.”
El mantener la calma y la confianza en Dios puede
ser de bendición para tu vida y para los demás. V 42-44 “42 Entonces los
soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se fugase
nadando. 27:43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió
este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y
saliesen a tierra; 27:44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de
la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.”
Solo Jesucristo nos puede dar las fuerzas
necesarias para soportar cualquier tormenta que tengamos que vivir.
