martes, mayo 17, 2022

Mateo 4. Desechando las Tentaciones.

 

Los seres humanos tenemos deseos y necesidades que de alguna forma queremos suplir.

La tentación se define como una atracción, ya sea desde fuera o desde dentro de uno mismo, para actuar contrario a la recta razón y los mandamientos de Dios en el caso Espiritual.

Digo en el caso espiritual porque de manera secular también nos vemos tentados o tenemos deseos de hacer algo que sabemos no tenemos que hacerlo. Una persona que tiene exceso de grasa y el médico le prohíbe seguirla consumiendo puede sentir la tentación de seguir comiendo.

Si una persona para cuidar sus pulmones le recomiendan cubrirse con muchas prendas de vestir, en un día muy asoleado lo más probable es que sienta la tentación de quitarse parte de lo que tiene puesto.

Los humanos somos seres emocionales por esta razón somos propensos a ser tentados con facilidad.

Jesucristo fue tentado en todo para demostrarnos que si nos proponemos podemos salir victoriosos. Hebreos 4: 15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Jesucristo fue tentado cuando era humano para podernos entender. Jehová no puede ser tentado ni tienta a nadie. Santiago 1: 13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie

Las tentaciones no provienen de Dios las tentaciones provienen de nosotros mismos causadas por nuestras emociones o por el diablo que aprovecha nuestras debilidades. Mateo 4: 1 “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

No importa porque motivo vengan las tentaciones lo importante es que Jehová no permitirá que las tentaciones sean superiores a nuestra voluntad. 1 Corintios 10: 13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

Como desechar las tentaciones.

1. Conociendo el Propósito de Dios o teniendo un propósito claro. V 4 “Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” el diablo aprovecha las limitaciones que podemos tener en el momento. La tentación es más fuerte cuando nos sentimos débiles. V 2 “Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

2. Conociendo el Poder de Dios. V 7 “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.satanás quiere hacernos dudar de la paternidad y del amor de nuestro Dios. V 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra” muchas personas nos dicen si eres hijo de Dios porque te está pasando ese problema o esa dificultad.

3. Renunciando a la codicia. V 8-9 “Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” la sed de poder hace que nosotros los seres humanos cometamos errores y nos metamos en problemas.

Una de las mejores formas de evitar ser tentado con poder o riquezas es si aprendemos a estar contentos con lo que tenemos. 1 Timoteo 6: 8 “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.” esto no significa resignación esto significa que debemos amar lo que tenemos mientras luchamos por conseguir algo mejor.

Cuando nosotros rechazamos con firmeza todo aquello que sabemos no tenemos que hacer el diablo se cansa de molestar y se va. V 11 “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.

No te confíes el diablo nunca se va de manera definitiva el anda como león rugiente esperando que alguien baje la guardia. 1 Pedro 5: 8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

Las tentaciones son normales ni Jesucristo se escapó de ellas lo único que tenemos que estar es agarrados con firmeza de la mano de Jesús, solo el a través de su santo espíritu puede librarnos de caer.