domingo, abril 03, 2022

Abdias. Del éxito al fracaso.


 Jesucristo a todos nos dio dones y talentos con los cuales logramos triunfar en la vida.

A través de las habilidades que nos ha dado Jesucristo todos podemos lograr el éxito, el problema es que muchos más se demoran en subir a la cúspide del éxito que ya están cayendo de una manera estrepitosa.

A través de este capítulo Jehová nos quiere enseñar porque es que muchas personas descienden del éxito al fracaso con mucha facilidad.

Hay muchos logros que hemos conseguido en la vida pero que los hemos perdido por no saber luchar por mantenerlos.

El error más grande que puede tener un boxeador es bajar la guardia cuando cree que va ganando, un golpe de suerte del contrincante y lo ha mandado a la lona. Los partidos de fútbol se deben jugar con intensidad hasta los últimos minutos de los noventa del juego, en el último minuto se puede ganar o perder.

Edom era una ciudad que siempre estuvo de pie, pero cuando menos lo espero cayo, su desplome fue inminente. ¿Que provoco su caída si estaba tan bien?

1. La soberbia. V 3a “La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada;” una persona soberbia es aquella que se cree más que los demás, por esta razón humilla, maltrata a quienes tiene a su alrededor.

2. Creerse indestructible. V 3b “que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?” esto ocasiona que se descuide, que no se prepare. Una persona que se cree indestructible es aquella que cree que ya todo lo ha logrado. El que cree que todo lo sabe no busca capacitarse más, por lo tanto, se queda estancado, y el que se estanca va en retroceso, no porque camine hacia atrás, va en retroceso porque mientras él se estanca los demás si están avanzando.

3. El alegrarse del mal de los demás. V 12 “Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.” Esto no solo es un acto de maldad, también se aplica la ley que dice que lo que sembremos eso es lo que cosechamos,

4. El aprovecharse de la necesidad de los demás para sacar provecho. V 13 “No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el día de su calamidad.”  Deuteronomio 23: 19 “No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés.”

5. Acabar con alguien aprovechándose de su confusión. V 14 “Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de angustia.

Cada quien cosecha de lo que siembra. V 15 “Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza.

No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reír y lo dejó marchar.

Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien, al oír los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre. - Días atrás – le dijo – te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que no hay enemigo ni amigo pequeño. No menosprecies a los demás todos podemos necesitar ayuda en algún momento.