Posiblemente ser agradecidos con alguien aquí en la tierra es mucho más fácil ya que es alguien que vemos y que de manera material podemos agradecer.
Ya que a Dios no lo vemos creemos que nuestro agradecimiento se debe limitar tan solo a palabras y nada más.
La mayoría de nosotros los cristianos somos muy agradecidos tan solo de bocaJesucristo quiere que seamos agradecidos con él por todo lo que ha hecho por nosotros, pero quiere que nuestro agradecimiento también se vea reflejado de manera material.
Algunos que no les gusta colaborar en ninguna forma y con absolutamente nadie siempre tienen una excusa en lo espiritual, según ellos Dios no come por esta razón solo agradecen de boca y eso si es que se acuerdan.
Mientras la obra de Dios se haga aquí en la tierra se necesita recursos económicos para construir templos, arrendar locales, pagar servicios o salarios. Etc.
Dios solicita ofrenda para su obra aquí en la tierra, pero solo de los Generosos de Corazón. V 4-5 “Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: 35:5 Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce,” Dar con dolor y con tacañería en lugar de transmitir bendición transmite maldición.
El contribuir y el hacer la obra de Dios es de personas sabias. V 10 “Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado:” contribuir para la obra de Dios es invertir en nosotros mismos ya que Jesucristo se encarga de multiplicar lo que queda con nosotros. Mateo 19: 29 “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”
Solo las personas agradecidas contribuyen de buena voluntad. V 21 “Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras” dar de manera voluntaria genera bendición y multiplicación, no es lo que damos es lo que Dios hace con lo que Damos.
Lo que vallamos a recibir o a cosechar el día de mañana depende de lo que sembremos hoy. La cuantía de la cosecha depende de la cuantía de la siembra. 2 Corintios 9: 6 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”
Del amor que siembres en los demás y en especial en tu familia es el que recibirás el día de mañana, si tu estas esperando a jubilarte para tener tiempo, para tus hijos porque ahora estas muy ocupado trabajando, el día de mañana cuando busques a tus hijos ellos ya no tendrán tiempo para ti, también estarán muy ocupados trabajando.
Lo que sembremos es lo que cosechamos, no puedes cosechar amor si lo que sembraste fue odio, no puedes cosechar tiempo cuando tú nunca lo sembraste en tu familia. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
El sembrar y el cosechar no solo tiene que ver con dinero. De todo lo que sembremos es lo que cosecharemos. Y recuerda que la ley de la siembra consiste en que si siembras un grano jamás vas a cosechar el mismo grano. Siempre cosecharas multiplicado lo que siembres. Tacañería, odio o amor.
Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9: 7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
Solo a medida que uno da es como también recibe. Lucas 6: 38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”
El generoso siempre piensa en generosidades y por eso será exaltado, el rico generoso entre más rico cada día es más rico. Y el pobre generoso al ser exaltado cada día sale más de su pobreza. Isaías 32: 8 “Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.”
Si no te gusta lo que hasta hoy estas cosechando entonces considera el cambiar lo que estas sembrando. El qué sembrar y el qué cosechar es tu decisión. Dios solo te hace la sugerencia de cómo hacerlo.