La mayoría de los seres humanos
tenemos una gran falencia y es que cuando tenemos problemas de cualquier índole
por lo general tendemos a escondernos.
En
lo espiritual ese fue el problema con Adán quiso esconderse de Dios. Génesis 3:
9-10 “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí.” Jeroboam
tuvo el mismo problema fallo delante de Dios y lo único que se le ocurrió fue
esconderse a tras de su esposa y su esposa se escondió tras una máscara.
1 Reyes 14: 2 “Y dijo Jeroboam a su
mujer: Levántate ahora y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer
de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que
yo había de ser rey sobre este pueblo.”
Ya sabemos que de Dios no nos podemos
esconder donde quiera que nos ocultemos ahí está él tanto para juzgarnos como
para ayudarnos. Salmos 139: 7-8 “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si
subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.”
El factor determinante para que nos
escondamos es el Miedo. El miedo es una emoción, y como tal posee una
función adaptativa, que nos ha permitido sobrevivir como especie a lo largo de
la historia. En sí mismo, no es más que eso, un arma protectora que nos permite
ser cautos en la vida. El problema surge cuando este sentimiento no nos protege
ni nos permite adaptarnos al mundo, sino que nos limita y perturba, nos hace
infelices y nos hace mediocres.
1. Miedo a un No por respuesta.
Muchas buenas oportunidades se han esfumado porque antes de preguntar ya dimos
por hecho que nos iban a decir…No.
2. Miedo a Equivocarnos. Entre más
grande sea el proyecto o el propósito más riesgos de equivocarnos vamos a
tener.
3. Miedo al Que Dirán. Es normal
que en este mundo encontremos personas que quieran lo que hacemos y a otros les
desagrade. Un adagio popular dice: nadie es monedita de oro para caerle bien a
todo el mundo.
4. Miedo al Cambio. Muchos prefieren
vivir mal a tener que arriesgarse a cambiar. Algunos acuñan sus propias palabras
de mediocridad: “es mejor malo conocido que bueno que conocer”
5. Miedo al Rechazo. El querer encajar
en todo nuestros círculos de amigos hace que muchas veces tomemos malas decisiones.
Tu eres importante y único no trates de parecerte
a los demás.
6. Miedo a Asumir
responsabilidades. Las personas de éxito son aquellas que son capaces de
responder por lo que hacen. Las personas de fracaso siempre esperan que otros
respondan por ellos.
7. Miedo a las Criticas. Acepta que
nos podemos equivocar, utiliza cada crítica para mejorar lo que haces y lo que
eres.
Como superar nuestros Miedos.
1. Admitiendo que tenemos Miedos. Las
personas valientes no son las que no tienen miedo, las personas valientes son
aquellas que saben dominar sus miedos.
2. Cambia tu manera de pensar. La fe
es positiva y es negativa, si tú piensas que no puedes esa es tu fe por lo
tanto nunca podrás. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si
hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
3. Decreta lo contrario. Recuerda que
las palabras tienen poder. Si crees que eres débil declara que eres fuerte y
lucha por serlo. Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga
el débil: Fuerte soy.”
4. Atrévete. Si no te atreves hacer
lo que dices que no puedes nunca lo podrás lograr. En la vida siempre hay que
dar un primer paso.
Las personas valientes o personas
de éxito no son aquellas que nunca tienen miedo, las personas valientes son
aquellas que saben enfrentar sus miedos y no se dejan doblegar por ellos. Nunca
creas que la solución al miedo es esconderse, esto solo agrava tus problemas.