Todos de alguna manera queremos
retener para nosotros lo que hemos conseguido sea las cosas materiales o en especial
a las personas que están con nosotros por amistad o por relación amorosa.
El problema no es que queramos
retenerlos el problema está en la forma como los queremos retener.
En
asuntos de pareja muchas veces sentimos que nuestra relación ya no es tan
fogosa como antes, con nuestras amistades muchas veces sentimos que ya no están
tan cerca de nosotros como en un principio y de alguna manera queremos retener
esa amistad o esa relación.
Este era el caso de Roboam el hijo
de Salomón y Jeroboam quien ahora estaba gobernando una parte del país. Los dos
querían retener al pueblo.
Los seres humanos actuamos al
estilo del péndulo de un reloj, estamos de un extremo al otro, es decir por lo
general somos extremistas. Somos imponentes o somos complacientes.
Imposición. Roboam quería retener al pueblo a la fuerza con
imposición. V 11 “Ahora, pues, mi
padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os
castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones” el
maltrato hace que tarde o temprano pierdas lo que tanto quieres retener. V 16,
19 “Cuando todo el
pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo:
¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí.
¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue
a sus tiendas. Así se apartó Israel de la casa de David hasta hoy.” Para perder
a alguien no es necesario que se vaya de la casa o de nuestro lado, muchos
viviendo bajo un mismo techo y durmiendo en una misma cama ya hace ratos se han
perdido del uno al otro.
Complaciente. Jeroboam quería retener al pueblo a través de ser
complaciente con ellos. V 28- 29 “Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo
al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel,
los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. Y puso uno en Bet-el, y el
otro en Dan.” el querer retener a alguien queriéndolo complacerlo en todo
los convierte en sus esclavos y quedan expuestos a cometer errores que los
llevan al fracaso. V 33 “Sacrificó, pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los
quince días del mes octavo, el mes que él había inventado de su propio corazón;
e hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso.”
Hay un factor determinante que nos
lleva a tomar cualquiera de esas posiciones. Y ese factor es el Miedo. El miedo
a perder lo que teneos nos hace ir a cualquiera de los dos extremos. V 26- 27 “Y dijo Jeroboam en
su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David, si este pueblo
subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el
corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a
mí, y se volverán a Roboam rey de Judá”
Como Retener a una Persona o lo que hemos conseguido.
1. Sirviendo. V 7 a “Y ellos le hablaron
diciendo: Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres,” las personas
útiles y que piensan en los demás por lo general son más fáciles de querer y de
Amar.
2. Hablando bien. V 7 b “y respondiéndoles
buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre” de
nuestra forma de hablar depende que los demás quieran estar con nosotros o que
nos rechacen. Colosenses 4: 6 “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que
sepáis cómo debéis responder a cada uno.”
2.1. Exteriorizando
nuestros buenos sentimientos. A los seres humanos nos es difícil decir un te
quiero, te necesito. Etc. Pero nos es muy fácil insultar o maltratar con
nuestras palabras.
La mejor
forma de hablar bien o de cambiar nuestra forma de hablar es si cambiamos lo
que hay en nuestro corazón. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia
del corazón habla la boca.” Desarma tu Corazón.
2.2.
Escogiendo palabras adecuadas. Nuestra forma de hablar revela lo que somos
Efesios 5: 19 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;”
3. Manteniendo una Buena Actitud.
La actitud de nosotros los seres humanos está determinada por nuestra forma de
pensar. Antes de hablar con alguien muchas veces ya estamos predispuestos a la
confrontación.
La mejor forma para desarmarnos
ante los demás y no esperarlos con dos piedras en las manos es si pensamos
cosas agradables acerca de los demás. Filipenses 4: 8 “Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad.”
Lo que hay en nuestro corazón y en
nuestra mente es lo que reflejamos en nuestro rostro lo cual determina nuestra
actitud frente a los demás. Proverbios 15: 13 “El corazón alegre
hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.”
Nuestra actitud está compuesta por
nuestros actos y nuestra forma de hablar, de nada sirve un lindo detalle sui
nuestra forma de hablar al entregarlo o siempre es desagradable.
Si sientes que tu relación de
pareja cada día se enfría, más que buscar culpables analiza tu forma de ser y
trata de cambiar tu actitud.
Para retener o conservar a una
persona no necesitamos encarcelarla en los barrotes de nuestros celos o esclavizarlos
bajo nuestra supervisión constante. La mejor forma de retener a alguien es con
una buena actitud llena de mucho amor.