El mandato de Dios desde un
principio es que debemos ser puros de toda contaminación, por esta razón se
debía sacrificar una vaca roja para que a través de sus cenizas hacer esta
purificación. V 9 “Y un hombre limpio
recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar
limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de
purificación; es una expiación.”
El
agua con la ceniza de la vaca purificaría al inmundo. V 11-12 “El que tocare cadáver de
cualquier persona será inmundo siete días Al tercer día se purificará con
aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se
purificare, no será limpio al séptimo día.”
Hoy en día Jehová no acepta sacrificios
de animales. Hebreos 10: 5,8 “Por lo cual, entrando
en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste
cuerpo. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones
por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según
la ley)”
El único que nos puede purificar de
manera verdadera es Jesucristo. Hebreos 9: 14 “¿cuánto más la sangre
de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha
a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios
vivo?”
Como Podemos ser Puros.
1. Entendiendo que nosotros mismos
no podemos purificarnos. Mateo 26: 41 b “el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil.” por más que nos propongamos ya no pecar más, las
tentaciones nos pueden vencer.
2. Haciendo uso de la Oración como
medio de Purificación. Mateo 26: 41 a “Velad y orad, para que no entréis en tentación;” solo
cuando tenemos una perfecta comunión con Cristo podemos mantenernos firmes.
Lo que mantenía firme a Jesucristo
era la oración a pesar de que Jesús era muy famoso y por lo tanto muy ocupado
el siempre sacaba tiempo para Orar. Lucas 5: 15-16 “Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente
para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades. Mas él se apartaba a
lugares desiertos, y oraba.”
3. Manteniéndonos alejados de las
conversaciones que sabemos nos pueden
contaminan. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres.”
4. Entendiendo que el Mundo es una
mala influencia para nosotros. Santiago 4: 4 “¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” las
tradiciones y prácticas que se hacen en el mundo nos terminan contaminando y
alejando de Dios.
5. Entendiendo que en este mundo
estamos en medio de la impureza. Filipenses 2: 15 “para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios
sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo;” no es aislándonos como
conseguimos ser puros, la pureza se la consigue tomando la decisión de no
untarnos de la impureza.
6. Manteniéndonos firmes en la
palabra de Dios. Filipenses 2: 16 “asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo
yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.” solo la
palabra de Dios nos ayuda para no caer en la inmundicia.
La palabra de Dios tiene el poder
de hacer que todo lo que hagamos nos salga bien. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de tu
boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
7. Entendiendo que el mantenernos
puros o no es nuestra decisión. Génesis 4: 7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el
pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás
de él.” la inmundicia cualquiera que sea no nos puede dominar,
nosotros tenemos el poder de dominar el pecado.
Si nosotros tomamos la decisión de
no contaminarnos Jesucristo nos ayuda para que lo podamos conseguir.
8. Reconociendo nuestros errores y
arrepintiéndonos de corazón. Hechos 5: 31 “A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador,
para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.”
Ser puros no es fácil pero con Jesucristo
tampoco es imposible, lo único que tenemos que hacer es disponer nuestro
corazón y Jesucristo viene a nuestra ayuda él puede purificarnos.