Más que una profecía de lo que le
ocurriría a Israel en este salmo podemos ver y hasta sentir los momentos de
abandono en los que se sentía asaf.
Hay
un adagio que dice: muriéndose de sed en medio del mar. Rodeados de tanta agua
pero no se la puede consumir.
Hay personas que están rodeadas de
gente en la casa, en el trabajo o en el colegio. Pero igual se sienten que
están solas. 83: 1 “Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni
te estés quieto.”
Cuando estamos deprimidos y agobiados
por las circunstancias que vivimos por lo general cometemos dos errores.
1. Solo vemos lo malo y eso es lo
que constantemente estamos expresando. V 2-4 “Porque he aquí que rugen tus enemigos, Y los que te
aborrecen alzan cabeza. 83:3 Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, Y han
entrado en consejo contra tus protegidos. 83:4 Han dicho: Venid, y
destruyámoslos para que no sean nación, Y no haya más memoria del nombre de
Israel.”
2. Le decimos a Dios y a los demás
que es lo que tienen que hacer. V 9,13 “” decirle a Dios que es lo que tiene
que hacer es tan ilógico como si un enfermo le dijera a su médico cirujano como
quiere que lo opere.
David vivía otra realidad. A pesar
de sus innumerables problemas David consideraba que lo único que lo podía
fortalecer era estar en su casa espiritual. 84: 1-2 “¡Cuán amables
son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 84:2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.”
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.”
Que hacer para no sentirse solo.
1. Hacer de nuestra casa (el Templo
o nuestra casa de habitación) un refugio de paz. Esto solo lo conseguimos
estando cerca de Jesucristo. V 3 “Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para
sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.”
2. Disfrutar de la Casa de Dios y
de nuestra casa familiar. Solo cuando disfrutamos de lo que tenemos podemos
experimentar verdaderamente momentos de felicidad. V 4 “Bienaventurados
los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah”
3. Depositar nuestra confianza en
Dios. V 5 “Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos.” solo Jesucristo puede darnos nuevas fuerzas y levantar nuestro ánimo.
En cuyo corazón están tus caminos.” solo Jesucristo puede darnos nuevas fuerzas y levantar nuestro ánimo.
4. Pedir la Protección de Dios. V
8-9 “Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha,
oh Dios de Jacob. Selah 84:9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de
tu ungido.” entendiendo que los seres humanos no fuimos hechos para
estar solos. Debe estar con nosotros primero Dios, después nuestra familia y
también todos con los que tenemos que tratar de manera diaria.
5. Anhelar estar en la casa de Dios
y en nuestra casa familiar. V 10 “Porque mejor es un
día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de
la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.” hay
personas que se acostumbran a no estar en su casa ni en la de Dios. Hebreos 10:
25 “no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” el Rey
David amaba el estar en el templo y por eso podía disfrutar de la presencia de
Dios. Salmo 27: 4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté
yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura
de Jehová, y para inquirir en su templo.”
El sentirte solo o acompañado es un
estado de ánimo que tu decides si lo quieres vivir o no. Solo Jesucristo puede
llenar tanto nuestro corazón que aun en medio de las peores dificultades
podremos experimentar gozo y verdadera felicidad.