¡Si!... sufría de una enfermedad que representaba vergüenza y gran rechazo de parte de la sociedad. V 1 “Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso.”
Muchas personas hoy en día sufren
de la misma enfermedad. Por fuera parecen muy grandes y distinguidos pero su corazón
está lleno de lepra. Es decir tienen envidia, orgullo, falta de perdón. Etc.
Como salir de esa lepra que muchas veces nos alejan de los demás.
1. Rogar, clamar. V 3 “Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en
Samaria, él lo sanaría de su lepra.” Dios quiere que reconozcamos
nuestra debilidad y clamemos al que puede sanar nuestra alma y nuestro cuerpo. Jeremías
33: 3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te
enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
2. Aceptar que no todo lo compra el
dinero. V 5 “Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré
cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos
de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.”
3. Dar la Gloria a Dios. V 6-7 “Tomó también
cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que
yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. 7 Luego que el
rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que
mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un hombre de su lepra?
Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.” hay personas que les es tan fácil darle la
gloria a los hombres, pero les es tan difícil darle la gloria a Dios.
4. Ser
Humilde delante de Dios y de los demás. V 9-11 “Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se
paró a las puertas de la casa de Eliseo.
10 Entonces
Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y
tu carne se te restaurará, y serás limpio. 11 Y Naamán se
fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en
pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y
sanará la lepra.” Naamán se
creía mucho más que los demás y le costaba pedir un favor a otras personas. No
importa cuán grande sea tu posición que nunca se te olvide decir: buenos días,
gracia, por favor. Etc.
5. No creerse más que los demás. V
12 “Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas
las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se
volvió, y se fue enojado.” el creerse más que los demás hace
que las personas nos desprecien y no quieran estar con nosotros.
6. Ser obediente a la voz de Dios.
No siempre estaremos en posición de mandar en alguna ocasión tendremos que
obedecer. Demostrando de esta forma que el que quiere mandar primero debe
aprender a obedecer. V 14 “El entonces descendió, y se zambulló
siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se
volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.”
7. Reconocer que Jehová es el único
Dios sobre la tierra que tiene poder para dar o quitar la vida. V 17 “Entonces Naamán dijo: Te ruego, pues, ¿de esta tierra no se dará a tu
siervo la carga de un par de mulas? Porque de aquí en adelante tu siervo no
sacrificará holocausto ni ofrecerá sacrificio a otros dioses, sino a Jehová.”
Era necesario que se sumergiera
siete veces. Cada vez que se sumergía era limpio de algo que tenía en su corazón
y que se reflejaba en su piel en forma de lepra.
¿Cuantas veces tú y yo tendremos
que sumergirnos en el rio de la obediencia y de la palabra para que nuestra
alma sea sana?
Nuestra piel es el reflejo de lo
que tenemos en nuestra alma o de las enfermedades que podemos tener en nuestro
interior. En el rostro de una persona se puede ver si está enferma o está sana.
Si quieres embellecer tu rostro primero embellece tu alma y tu corazón.