domingo, agosto 03, 2014

Ciegos espirituales. 2 Reyes 6.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Hay muchos ciegos de manera física que son ejemplo de superación. Por lo contrario hay personas que tienen todos sus sentidos completos y sanos pero se encuentran frustrados, derrotados y sin ganas de vivir.
Dios ha hecho muchas cosas maravillosas por nosotros pero nos la pasamos renegando y criticando a Dios, es como si no pudiéramos ver todas las maravillas que Jesucristo ha hecho en nuestra vida.
Características de un ciego Espiritual
1. No puede entender la palabra de Dios. Mateo 15: 12-14 “Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron  cuando oyeron esta palabra? 13 Pero  respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.
2. No puede ver el respaldo de Dios. Solo ve los problemas. 2 Reyes 6: 15 “Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
Que hace que nuestros ojos se abran.
1. Ora pidiendo que Dios lo haga. V 17 “Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.
2. No temer. El miedo no nos deja ver. V 16 “Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
Dios tiene el poder para abrir nuestros ojos pero también puede cerrar los ojos de nuestros enemigos. Nos hace como invisibles a sus ojos. V 18 “Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo.
El tener nuestros ojos espirituales abiertos nos permite saber cuál es la mejor manera de actuar frente a nuestros enemigos, no siempre lo mejor es la fuerza. V 22 “Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores.
El tratar bien a nuestros enemigos tal vez no hace que se conviertan en nuestros mejores amigos. Pero si al menos dejamos de ser el centro de sus ataques. V 23 “Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel.
Una persona ciega es aquella que siempre paga con la misma moneda. Pero una persona sabia es la que devuelve bien por mal. Romanos 12: 17 “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Una persona de bendición siempre está lista para bendecir a un a sus enemigos. 1 Pedro 2: 9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
No hay peor ciego que el que no quiere ver. No dejes que los problemas, las dificultades o las diferentes circunstancias difíciles de la vida te hagan ciego. La ceguera puede endurecer tu corazón. Y hacer que no puedas disfrutar de la bendición de Dios.