sábado, julio 12, 2014

Más que un Templo decorativo. 1 Reyes 6.

A David le dolía que el viviera en un palacio y que Dios estuviera en carpas. 2 Samuel 7: 1-3 “Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor,  7:2 dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas.  7:3 Y Natán dijo al rey: Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo
La idea de David de construir un templo no fue desagradable a Dios pero el no quiso que el templo lo construyera David prefirió que lo hiciera su hijo Salomón.
2 Samuel 7: 12-13 “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.  7:13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
Algunas cosas importantes sobre el Templo.
1. Sin la presencia de Dios el templo solo sería una gran mole de piedras y de los diferentes materiales que se utilizaron. Hechos 17: 24-25 “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 
17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
2. La única forma para que la presencia de Dios este en el templo es si se cumple con los estatutos de dios. 1 Reyes 6: 11-13 “Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo: 6:12 Con relación a esta casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre;  6:13 y habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.
Cumplir con sus estatutos es dejarse guiar y formar por Jesucristo a través de su palabra. La Biblia está hecha para mucho más que tan solo leerla hay que cumplirla.  2 Timoteo 3: 16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,  3:17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra
Cuando una iglesia no se ciñe a la palabra de Dios por muy ostentoso que pueda ser su templo Dios ya no está en ese lugar. Hace ya mucho tiempo que Jesucristo está afuera. Apocalipsis 3: 20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”  
Cuando una iglesia desobediente a la palabra le hace fiesta a Jehová es lo mismo que un padre de familia decida hacer fiesta de quince años pero sin quinceañera eso no tendría sentido.
A Dios no lo descresta el poder humano o que nos creamos ricos. Apocalipsis 3: 17 “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Solo el conocimiento de la palabra evita que seamos unos tibios. V 15-16 “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Dios no se fija en apariencias en cuanto al cuerpo humano ni tampoco en la apariencia del templo. Lo que a Dios le importa es el corazón del pueblo. 1 Samuel 16: 7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
Lo externo debe ser el reflejo de lo interno. Nuestro cuerpo refleja lo que hay en nuestro corazón.
Un templo o una persona que no tiene a Cristo en su interior es lo mismo que un sepulcro blanqueado por fuera puede ser muy bonito pero por dentro está lleno de inmundicia. Solo la palabra de Dios nos lleva a la purificación. Mateo 23: 27-28 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se  muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.  23:28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Nuestro cuerpo es el templo del espíritu santo es por esta razón que lo debemos cuidar.es importante cuidar el templo pero sin descuidar lo que hay dentro. 1 Corintios 3: 16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
No te preocupes tanto por las apariencias. Recuerda que la parte externa de nuestro cuerpo debe ser el reflejo de lo que llevamos dentro de nuestro ser. Arregla tu corazón y tu alma y lo demás se arreglara solo.