Israel se había acostumbrado a ganar siempre todas las batallas que emprendía. V 2- 3 “Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: Subid y reconoced la tierra. Y ellos subieron y reconocieron a Hai. 7:3 Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.”
Pero de un día para otro empezaron
a perder, empezó la mala racha todo les salía mal, nada diferente a lo que
podemos sentir muchos de nosotros en algunas ocasiones. V 4-5 “Y subieron allá del pueblo como tres
mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai. 7:5 Y los de Hai
mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta
hasta Sebarim, y los derrotaron en la
bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.”
Qué no hacer cuando se está pasando por un mal momento.
1. Dejar de solo estar lamentándonos. V 6 “Entonces Josué rompió sus vestidos, y
se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la
tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.” El solo
lamentarnos nos impide buscar mejores alternativas.
2. No buscar culpables para lo que
nos sucede. V 7 “Y
Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán,
para entregarnos en las manos de los amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá
nos hubiéramos quedado al otro lado del Jordán!” esto hace que nosotros
evadamos nuestra responsabilidad.
3. No dejarse dominar por la vergüenza.
V 8 “¡Ay,
Señor! ¿Qué diré, ya que Israel ha vuelto la espalda delante de sus enemigos?” todos de
una o de otra forma nos equivocamos. El problema no está en caerse el problema está
en no querer levantarse.
4. Dejar el miedo al que dirán. V 9
“Porque los
cananeos y todos los moradores de la tierra oirán, y nos rodearán, y borrarán
nuestro nombre de sobre la tierra; y entonces, ¿qué harás tú a tú grande
nombre?” no escuches a las personas que quieren verte hundido en la
inmundicia.
Qué hacer cuando se está pasando por un mal momento.
1. Levantarse y luchar. Caerse no
es de cobardes, no levantarse si es de cobardes. V 10 “Y Jehová dijo a Josué: Levántate;
¿por qué te postras así sobre tu rostro?” una cosa es estar postrado por
honra a Dios y otra cosa muy diferente es estar postrado por cobardía o por
echarle la culpa a Dios o a los demás.
2. Busca la causa del fracaso. V
11-12 “Israel
ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han
tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado
entre sus enseres. 7:12 Por esto los hijos de Israel no podrán hacer
frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda,
por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no
destruyereis el anatema de en medio de vosotros.” Los fracasos no llegan
solos algo los origina. Busca que es lo que está generando los tuyos. Mientras
no lo hagas seguirás de fracaso en fracaso.
3. Corrige el error, de nada sirve
saber que origina el problema si no luchamos por corregir. No hay perfección
sin corrección. El camino a la perfección es la Corrección. V 13 “Levántate, santifica al pueblo, y di:
Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay
en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis
quitado el anatema de en medio de vosotros.”
4. Nunca te des por vencido. 2
Corintios 4: 8-9 “que
estamos atribulados en todo, mas no angustiados;
en apuros, mas no desesperados; 4:9 perseguidos, mas no desamparados;
derribados, pero no destruidos;”
¿Sabes quien nunca se equivoca aquí
en la tierra? Los únicos que nunca se equivocan son aquellos que nunca hacen nada.
Los que se atreven a hacer algo siempre corren el riesgo de equivocarse.
Los fracasos pueden ser
sentimentales, financieros, espirituales, familiares, escolares en fin en
cualquier área de nuestra vida podemos experimentar fracaso.
No permitas que los fracasos te impidan
seguir avanzando. Esa meta que tú tienes está más cerca de lo que tú te
imaginas. Arrepiéntete de tus errores, confía en Jesucristo y pronto ese
propósito que tienes se convertirá en realidad.