En la antigüedad también había personas que se metían en problemas al matar a alguien pero sin la intención de hacerlo y Dios en su misericordia proveyó para ellos ciudades de refugio donde podían protegerse de los vengadores. V 4- 5 “Y este es el caso del homicida que huirá allí, y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido enemistad con él anteriormente; 19:5 como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá;”
Hoy en día también Jehová mismo a través
de su hijo Jesucristo se convierte en nuestro refugio. Salmos 62: 8 “Esperad en
él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es
nuestro refugio. Selah”
Un refugio es un lugar que nos ofrece
protección de algún peligro de manera temporal o permanente. Jesucristo quiere
ser nuestro eterno refugio. Mateo 11: 28-30 “Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 11:29 Llevad mi yugo
sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; 11:30 porque mi yugo es fácil,
y ligera mi carga.”
Un lugar de refugio no siempre es
una casa para llegar a vivir, un lugar de refugio es donde llegamos para cobrar
ánimo, tomar nuevas fuerzas y seguir en nuestro caminar. Cuando está lloviendo
muy fuerte por lo general buscamos un lugar donde refugiarnos mientras pasa la
lluvia y después continuar con nuestra marcha.
Jesucristo es nuestro refugio en el
podemos descansar cobrar fuerzas y seguir al frente de esa dificultad que se
pudo haber presentado.
Jesucristo no se compromete a
fabricarnos un mundo aparte solo para nosotros, ni tampoco promete meternos en
una burbuja de cristal donde nunca nos pase nada. Jesucristo dice que mientras
estemos en este mundo tendremos aflicciones. Jesús mismo se pone como ejemplo
de vencedor. Dándonos a entender que si el siendo hombre pudo lograrlo también nosotros
podremos hacerlo. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo.”
Jesucristo es nuestro refugio
mientras cobramos fuerzas; el no es nuestro alcahuete para escondernos y seguir
delinquiendo. Deuteronomio 19: 11- 12 “Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo
acechare, y se levantare contra él y lo hiriere de muerte, y muriere; si huyere
a alguna de estas ciudades, 19:12 entonces los ancianos de su
ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y lo entregarán en mano del vengador de
la sangre para que muera.”
Dios es muy claro en su palabra las
iglesias cristianas no son cuevas de ladrones. Jeremías 7: 1-11 “Palabra de Jehová que vino a Jeremías,
diciendo: 7:2 Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta
palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas
puertas para adorar a Jehová. 7:3 Así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré
morar en este lugar. 7:4 No fiéis en palabras de mentira,
diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este.
7:5 Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con
verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, 7:6 y no
oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar
derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal
vuestro, 7:7 os haré morar en este lugar, en la tierra que di a
vuestros padres para siempre. 7:8 He aquí, vosotros confiáis en palabras
de mentira, que no aprovechan. 7:9 Hurtando, matando, adulterando,
jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no
conocisteis, 7:10 ¿vendréis y os pondréis delante de mí en esta
casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir
haciendo todas estas abominaciones? 7:11 ¿Es cueva de ladrones
delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí
que también yo lo veo, dice Jehová. ” y Jesucristo sigue insistiendo en lo mismo el templo es un lugar para adorar a
Dios. Y no para esconderse del pecado. Juan 2: 16- 17 “y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí
esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. 2:17 Entonces se acordaron sus
discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.”
En el mundo es muy común encontrar
empresas fachada que solo pretenden lavar dinero, es decir legalizar dinero que
se consiguió de manera ilegal producto de delinquir. Las iglesias cristianas no
podemos ser lavaderos de pecado. Es decir congregarnos solo para adormecer la
conciencia y seguir en el mismo pecado.
A Juan le molestaba que la gente
acudiera al bautismo solo para esconder sus pecados. El propósito de acercarnos
a Jesucristo es arrepentirnos de corazón y empezar una nueva vida. Lucas 3: 7-8
“Y decía a las
multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras!
¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 3:8 Haced, pues,
frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros
mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar
hijos a Abraham aun de estas piedras.”
Si hemos tomado la decisión de convertirnos a Cristo es necesario que nos arrepintamos de
corazón y que renunciemos a todo lo malo que estábamos acostumbrados a practicar.
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