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El hacer parte del pueblo de Dios era mucho más que tan solo hacer presencia por tradición o costumbre. La tradición es algo que se adquiere a través de la repetición en el tiempo. La tradición por lo general siempre se adquiere por la falta de conocimiento real de las cosas. Una pequeña historia cuenta que había una niña que le preguntaba a su mama por qué ella cuando preparaba la lechona le quitaba la cabeza. La mama le respondió que de esta forma la lechona quedaba deliciosa, ella le copio el secreto de su mama.
La niña fue donde la abuela y le
hiso la misma pregunta y ella también contesto que era el secreto que le copio
a su mama para que la lechona quedara deliciosa.
La niña fue donde la tatarabuela y
le pregunto qué porque ella le quitaba la cabeza a la lechona. La respuesta de
la tatarabuela fue impresionante ella dijo: yo le quitaba la cabeza a la
lechona porque la bandeja que tenía era muy pequeña y no alcanzaba la lechona. Sus
hijas practicaban algo por tradición aunque no sabían porque lo hacían.
La circuncisión era la señal que
confirma el pacto hecho por Dios con el pueblo. La circuncisión identificaba al
israelita y marcaba diferencia con los demás pueblos.
La circuncisión era algo que no se podía
heredar se tenía que vivir de manera personal. Se tenía que vivir en carne
propia. V 2 “En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y
vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel”
Los hijos también se tenían que circuncidar,
no era suficiente con que lo hayan hecho sus padres. V 3 “Y Josué se hizo cuchillos
afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot.”
El nuevo pueblo de Israel era incircunciso.
V 6-7 “Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta
años, hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron
consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová
les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus
padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
5:7 A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino”
5:7 A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidados por el camino”
La única forma de quitar el oprobio
del pueblo era circuncidando a los hijos los que estaban en condición de incircuncisos.
V 9 “Y Jehová dijo a
Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre
de aquel lugar fue llamado Gilgal, hasta hoy.”
Dios ya no exige que su pueblo se circuncide
el prepucio normal, el exige que circuncidemos nuestro corazón. Deuteronomio 10:
16 “Circuncidad, pues,
el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz”
Para circuncidar nuestro corazón no
necesitamos de un cuchillo normal, hoy ese cuchillo es la palabra de Dios. Hebreos
4: 12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón.”
En los comienzos del cristianismo
era muy común decir que la religión de la cual salimos la vivíamos por tradición.
El problema es que al pasar los años el cristianismo también ha caído en el
tradicionalismo. Hoy en día hay muchos cristianos pero por tradición. Dicen ser
cristianos porque sus padres son cristianos.
El cristianismo no se hereda el
cristianismo se tiene que vivir de manera personal. La única forma de garantizar
que el cristianismo no caiga en el tradicionalismo es transmitiendo el
conocimiento a las nuevas generaciones. Deuteronomio 4: 9 “Por tanto, guárdate, y
guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos
han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien,
las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos”
Si queremos que nuestras casas y nuestras
iglesias no se llenen de incircuncisos es decir de cristianos por tradición es necesario
que empecemos a discipular. Hay pastores que discipulan a centenares de
personas. ¿Pero sabes que es lo más preocupante? Sus hijos son cristianos por tradición
ya que ellos nunca han sido discipulados.