Dios permitió que Moisés levantara el tabernáculo y otros ayudaban.
Todos podemos ser útiles en la obra
de Dios y en nuestra vida diaria. Hay personas que no pueden ayudar de manera
física pero pueden proveer para que otros lo hagan. V 2-3 “entonces los príncipes de Israel, los
jefes de las casas de sus padres, los cuales eran los príncipes de las tribus,
que estaban sobre los contados, ofrecieron; 7:3 y trajeron sus
ofrendas delante de Jehová, seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos
príncipes un carro, y cada uno un buey, y los ofrecieron delante del
tabernáculo.”
Todos debemos estar dispuestos a
esforzarnos por conseguir nuestros sueños y si lo hacemos en equipo será mucho más
rápido. V 6-8 “Entonces
Moisés recibió los carros y los bueyes, y los dio a los levitas. 7:7
Dos carros y cuatro bueyes dio a los hijos de Gersón, conforme a su ministerio,
7:8 y a los hijos de Merari dio cuatro carros y ocho bueyes, conforme a su
ministerio bajo la mano de Itamar hijo del sacerdote Aarón.”
Las cosas santas no se podían
llevar en los carros las cosas santas tenían que llevarse en los hombros. V 9 “Pero a los hijos de Coat no les dio,
porque llevaban sobre sí en los hombros el servicio del santuario.” las
mejores cosas solo se las consigue metiéndoles el hombro.
Aunque todos debemos luchar por
conseguir algo es el liderazgo el llamado a poner el hombro y a esforzarse para
lograr los propósitos y las metas del grupo. V 11 “Jehová dijo a Moisés: Ofrecerán su
ofrenda, un príncipe un día, y otro príncipe otro día, para la dedicación del
altar.” Dios encargo su trabajo a príncipes no a gamines. Cada uno
de lo que es y de lo que tiene. Si tú te crees un príncipe o una princesa del
señor entonces que tu trabajo en la obra sea como el trabajo de un príncipe o
princesa.
Jamás conseguirás algo que
requiere un trabajo y esfuerzo intenso y continuado si no estás dispuesto a
trabajar duro ni estás lo bastante motivado. Por tanto, planea tus metas en
función de tu motivación y tu capacidad de esfuerzo. O bien, empieza por
cambiar y proponte trabajar más duro. Pregúntate: ¿qué estoy dispuesto a
sacrificar para conseguir esto? ¿Horas de sueño, ratos de ocio, dinero, tiempo
con amigos…? Las personas que alcanzan grandes logros no solo son capaces de
sacrificarse cuando es necesario y trabajar duro, sino que, además, disfrutan
haciéndolo, siendo eso una de las claves de su éxito.
Dios tenía grandes cosas para Josué,
pero solo las podría conseguir si se esforzaba. Las cosas buenas no surgen de
la improvisación. Josué 1: 9 “Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Las personas que están más
orientadas a evitar el fracaso que a perseguir el éxito se centran
principalmente en protegerse del sentimiento de humillación o vergüenza que sentirían si fracasaran. Estas personas
pueden tender a dejar las cosas para otro día, no cumplir plazos, rendirse al
primer obstáculo, esforzarse poco y, sobre todo, buscar excusas que justifiquen
su fracaso.
Poner el hombro es mirar
siempre hacia adelante y nunca mirar para atrás. Filipenses 3: 13- 14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, 3:14 prosigo a la meta, al
premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Recuerda tú y yo estamos hechos
para vivir en lo mejor y conseguir lo mejor, pero esto es posible solo a medida
que nos esforcemos. Esfuérzate y se valiente tu eres capaz.
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