Ese lugar era como cualquier lugar todos los materiales aunque costosos eran materiales común y corriente.
Entonces qué era lo que hacía de
ese lugar un lugar especial y muy diferente a otros así tuvieran el mismo o mas
lujo que el tabernáculo.
Lo que hacía del tabernáculo un
lugar especial era la presencia de Dios. 40: 34-35 “Entonces una nube cubrió el tabernáculo
de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.
40:35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.”
40:35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.”
Lo que hace que nuestro hogar
marque diferencia es la presencia de Dios. Si Jesucristo es el eje principal
sobre el cual gire nuestro matrimonio entonces podemos tener una convivencia
maravillosa. Esto no quiere decir que no vallamos a tener problemas lo que
quiere decir es que con Jesucristo es mucho más fácil buscar solución a
nuestras dificultades.
Que necesitamos para disfrutar de la presencia de Dios:
1. Creer en la presencia de Dios.
Juan 11: 40 “Jesús le dijo: ¿No
te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
2. Creer que su presencia es
producto de su promesa. Mateo 18: 20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos.”
3. Crear un ambiente agradable a
nuestro Dios. La Adoración y la alabanza tienen la capacidad de atraer la
gloria de Dios. 2 Crónicas 5: 13- 14 “Cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una,
para alabar y dar gracias a Jehová: y a medida que alzaban la voz con trompetas
y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Jehová, diciendo:
Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre: entonces la casa se
llenó de una nube, la casa de Jehová. 5:14 Y no podían los
sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de
Jehová había llenado la casa de Dios”
4. hacer de ese lugar un lugar
santo. 40: 9 “Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el
tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con todos sus
utensilios, y será santo.”
5. Santificarnos delante de Dios
como familia. 40: 12 “Y
llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los
lavarás con agua.”
Los primeros en santificarnos
debemos ser los padres. V 13 “Y
harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás,
para que sea mi sacerdote.”
Si los padres somos ejemplo de
dedicación a Dios también lo harán nuestros hijos. V 14-15 “Después harás que se acerquen sus
hijos, y les vestirás las túnicas; 40:15 y los ungirás, como ungiste a
su padre, y serán mis sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio
perpetuo, por sus generaciones”
En nuestra casa podemos tener un
tabernáculo o un altar para Jehová, lo único que tenemos que hacer es
proponerlo en nuestro corazón, Compartir
como familia tiempos de oración y estudio bíblico. Apaga por un momento la
televisión y alaba a Jesucristo en compañía de tu familia. Será de mucha
bendición ya que la presencia de dios se manifestara con gran poder.
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