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Cuando Israel sale de Egipto es muy numeroso pero solo era un montón de gente. En éxodo 20 nos damos cuenta como Jehová empieza a formar ese montón de personas en un verdadero pueblo. La diferencia entre un montón de personas y un pueblo está en la organización, en la estructura y en el reconocimiento de Dios. Éxodo 25: 8 “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.” la presencia de Dios en medio del pueblo le daría su reconocimiento como pueblo de Dios.
Dios es un Dios de orden y no de confusión. 1 Corintios 14: 33 “pues Dios no es Dios de confusión, sino
de paz. Como en todas las iglesias de los santos,” para Dios no existe la improvisación
el todo lo tiene calculado tanto que cada uno de los detalles del tabernáculo
estaban dentro de sus planes el capitulo 26 y 27 nos hablan ha cerca del orden
de Dios.
No solo en lo espiritual el orden
es necesario en cada área de nuestra vida. En nuestra casa, en el trabajo, en
el estudio.
Los negocios pueden ser muy
rentables pero si no se llevan en orden puede fracasar. Muchas empresas han
quebrado no por falta de dinero su causa ha sido el desorden. Un empresario
desordenado no sabe cuánto tiene, cuánto gana y mucho menos cuánto gasta.
Para que cualquier proyecto sea efectivo
es necesario planificarlo con tiempo. Lucas 14: 28-30 “Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 14:29 No sea que después que
haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a
hacer burla de él, 14:30 diciendo:
Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.”
El desorden es algo que se contagia
con facilidad por lo tanto es necesario saber muy bien con quien se anda. 2
Tesalonicenses 3: 6 “Pero
os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os
apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que
recibisteis de nosotros.”
Una persona desordenada está condenada
a vivir en pobreza, el desorden hace que la gente no trabaje. 2 Tesalonicenses
3: 10-11 “Porque
también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere
trabajar, tampoco coma. 3:11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan
desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.”
El desorden produce estrés, ansiedad
y desespero. Pero lo más grave siempre termina arruinando tu vida.
El orden no solo debe ser en lo
material también es necesario ser ordenado en el tiempo, si sientes que el día
te queda corto que no alcanzas hacer todo lo que querías, posiblemente es causa
de un día desordenado.
El éxito es el resultado de una
vida de amor de orden y de creer ciegamente en el poder de Jesucristo.
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