domingo, diciembre 08, 2013

Los Diez Mandamientos. Éxodo 20.

Dios saco a su pueblo de vivir en esclavitud ellos lo único que sabían era trabajar hacer ladrillos y construir.
No solo se trataba de que ahora salgan a la libertad y tan solo vivan sin opresión. Ahora debían aprender a convivir en sociedad.
Si el pueblo salía pero no sabía que iba hacer de ahí en adelante el pueblo se convertiría en un caos.
Si llevarse bien dos personas es difícil con mayor razón si son más de dos millones y medio de habitantes. Era necesario que el pueblo se formara en sociedad.
Los seres humanos consideramos que ser libres es hacer lo que uno quiere, los jovencitos esperan con mucha ansiedad el día en que cumplan su mayoría de edad, se sueñan con la cedula en la mano para poder gritar soy libre. Los jóvenes consideran que tener libertad es ya no tener a nadie que le diga que hacer.
La verdadera libertad en Cristo es tener una buena relación con Dios y con los demás, con las personas con quien convivimos. Hay una frase que dice: “nuestra libertad termina donde comienza la de los demás”
Sin normas es imposible vivir en sociedad, si no hay semáforos para controlar el transito seria un caos vehicular. Si no hay normas contables para administrar los negocios seria una ruina anunciada.
Si con nuestro vehículo no transitamos por la derecha nadie podría avanzar todo sería una confusión. Si en los bancos no se hace fila para entrar todos quisieran hacerlo a la misma ves y nadie lo podría lograr.
Si en los hogares los padres no establecen horas de entrada los hijos llegarían a cualquier hora y eso si es que llegan.
La sociedad debe rescatar las normas de urbanidad donde nos enseñaban como tratar a una dama, como saludar, como pedir el favor y decir gracias.
Definitivamente lo único que puede mantener en orden una comunidad son las normas por eso Dios lo primero que hizo antes de que el pueblo se constituyera como su pueblo fue darle normas, mandamientos o leyes.
Estos mandamientos se componen de dos partes, la primera para tener una buena relación con Dios y la segunda como tener una buena relación con los que convivimos. Si tenemos una buena relación con Dios tenemos una buena relación con nosotros mismos y si tenemos una buena relación con nosotros mismos podemos tener una buena relación con los demás.
1. Buena relación con Dios.
1.      No tendrás dioses ajenos delante de mí.  V 3
2. No te harás imagen. V 4. Ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.  No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visitó la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
3. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano. V 7.  Porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
4. Acuérdate del día de reposo para santificarlo. V 10. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;  mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.  
2. Buena relación con los demás:
5. Honra a tu padre y a tu madre. V 12 para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.  Si tenemos un buen hogar podremos tener una buena sociedad. La sociedad es el reflejo de la familia.
6. No matarás. V 13. No solamente físicamente, también de manera emocional.
7. No cometerás adulterio.  V 14
8. No hurtarás.  V 15
8. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.  V 16
10. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. V 17
No le tengas miedo a las normas o a las leyes ellas se hicieron para ayudarnos a mantener la armonía y la paz. Si cada uno de nosotros cumple con sus obligaciones no habría necesidad de exigir derechos.




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