Muchos cristianos consideran que
ser rico económicamente es pecado y prefieren vivir en absoluta pobreza creen
que haciendo votos de pobreza agradan a Dios.
Si Dios estuviera en contra de la
plata no dijera que él es el dueño. Dios es el dueño del oro y de la plata. Hageo
2: 8 “Mía es
la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.”
El problema no está en el dinero,
el problema está en el manejo o el uso que hacemos de él.
Es importante
que nosotros manejemos el dinero y no que el dinero nos maneje a nosotros.
Lo que perjudica es el excesivo
amor al dinero. Cuando el dinero se nos convierte en una obsesión podemos
causar daño a los demás e inclusive a nosotros mismos. 1 Timoteo 6: 10 “porque raíz de todos los males es el
amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores.”
El futuro de un rico codicioso no
es agradable. Santiago 5: 1 “¡Vamos
ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán” no hay
peor miseria que la humana, muchas personas están llenas de dinero pero vacios
en su corazón. El dinero no compra el verdadero amor ni tampoco da paz.
Las riquezas que no sirven para
ayudar a los demás y que solo sirven para interés personal es lo mismo que ser
riquezas podridas. V 2 “Vuestras
riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla”
Las personas que solo piensan en
acumular dinero, el mismo dinero se convierte en su perdición. V 3 “Vuestro oro y plata están enmohecidos;
y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como
fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros”
Las riquezas son malas cuando se
fundamentan en el abuso y el maltrato de los demás. Dios detesta la injusticia.
V 4 “He aquí, clama el
jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no
les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han
entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.”
No importa cuánto dinero tengas
siempre confía en Jesucristo y espera su segunda venida. Cristo no solo es la
esperanza de los pobres. V 8 “Tened
también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del
Señor se acerca”
La mejor manera de estar en paz es
aprendiendo a convivir con los que nos rodean. V 9-10 “Hermanos, no os quejéis unos contra
otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la
puerta. 5:10 Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de
paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor”
El buscar de Jesucristo es algo que
tenemos que hacer tanto ricos como pobres, todos necesitamos de él. El congregarnos
no solo se debe hacer para pedir, también tenemos que hacerlo para agradecerle.
V 13-14 “¿Está
alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas. 5:14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del
Señor.”
La oración puede hacer en nosotros
cosas que el dinero nunca lo podrá lograr. No importa cual sea tu posición económica
nunca te olvides de entrar en intimidad con Jesús a través de la oración. V 15-16
“Y la oración de fe
salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le
serán perdonados. 5:16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y
orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede
mucho.”
La única diferencia entre nosotros
los cristianos de este tiempo y los siervos de Dios en la antigüedad es la fe y
la oración. V 17-18 “Elías
era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente
para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
5:18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”
El dinero no es malo, el ser rico
tampoco, lo malo es el amor al dinero y lo que podemos hacer con él. El dinero
es de bendición en las manos de un cristiano y puede ser de maldición en manos
de un incrédulo.
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