Hoy en día se considera que
cualquier persona que dice pertenecer a una iglesia o que de alguna manera
habla en el nombre de Jesús ya es un siervo y no solo decimos eso lo
consideramos un gran siervo.
Un verdadero siervo de Dios es
mucho más que solo hablar de Jesucristo.
El apóstol pablo era un verdadero
siervo de Dios. Y él quiere enseñarnos como también nosotros podemos llegar a
serlo.
El hacer
un acto público cualquiera que sea secular o espiritual nos pone en un lugar de
prominencia con relación a los demás.
Es inevitable que el trabajo bien hecho
al servirle a Jesucristo en su obra nos lleve a lugares de fama. El problema no
está en la fama el problema está en el mal manejo de esa fama. No es malo ser
famoso. Jesús era un hombre con mucha fama. Lucas 5: 15- 16 “Pero su fama se extendía más y más; y
se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
Todos los siervos de Dios llegaban
a tener fama. 1 Reyes 10: 1 “Oyendo
la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová,
vino a probarle con preguntas difíciles.” el problema es que muchas
personas han permitido que la fama se les suba a la cabeza volviéndose orgullosos.
Se les olvida que ser siervo es servir, les pasa lo que a muchos políticos,
cuando ya están en el cargo se les olvida que son servidores públicos y que se
deben al pueblo.
Que necesitamos para que la fama no
nos contamine.
1. Reconocer que le pertenecemos a Jesús,
que somos santos, que somos sus prisioneros, en una palabra ahora dependemos de
él. V 1 “Por esta
causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;”
2. Tener la Gracia de Dios. V 2 “si es que habéis oído de la
administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;” solo Dios
hace que todo sea posible.
3. Tener la revelación de Dios. V 3
“que por revelación
me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente,” no
podemos enseñar lo que a nosotros nos parece, un siervo no habla de lo suyo el
habla de lo que le mandan.
4. Ser llenos del conocimiento de Dios,
nadie da lo que no tiene. V 4 “leyendo
lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,”
5. Ser llenos del espíritu santo. El
espíritu santo nos revela la palabra y nos da el equilibrio para manejar la
fama. V5 “misterio
que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como
ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:”
6. Conocer su Misión, es necesario que
sepamos para que nos envió Dios, la falta de saber cuál es su misión muchos
siervos de Dios se han desviado. 6-7; 9-10 “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo
cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio,
3:7 del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha
sido dado según la operación de su poder.; y de aclarar a todos cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas
las cosas; 3:10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora
dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los
lugares celestiales,”
7. Ser humilde. Muchas personas
famosas lo primero que pierden es la humildad, salen al escenario predican como
todos unos profesionales y ya no tienen contacto son sus ovejas. Ya no caminan
ahora levitan. 8 “A mí,
que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia
de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de
Cristo,”
8. Entender que ahora somos lo que
somos no por nuestra capacidad, todo lo que hemos logrado es porque estamos en
el propósito de Dios. V 11 “conforme
al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,”
9. Confiar plenamente en Jesucristo,
no dependemos de los hombres ni de las circunstancias. Cristo es nuestra
fortaleza. V 12 “en quien
tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;”
10. Dispuestos a padecer por la
obra, no todos los tiempos son de dulzura también hay momentos amargos. V 13 “por lo cual pido que no desmayéis a
causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.”
11. Ser hombres de mucha oración. Hay
quienes se llaman siervos de Dios pero están tan ocupados sirviéndole a Jesucristo
que no tienen tiempo para entrar a su presencia. V 14 “Por esta causa doblo mis rodillas ante
el Padre de nuestro Señor Jesucristo,”
Recuerda si quieres ser un siervo
de Dios tienes que servir a los demás, no puedes servir a Dios y despreciar a
los demás.
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