lunes, abril 22, 2013

Una Lección con amor. Juan 21.


Cuando hemos emitido una orden y los demás no la cumplen, por lo general siempre tendemos a castigar de manera severa, según nosotros para que aprendan la lección.
No siempre la entra con sangre entra. Formar una familia es todo un reto, especialmente en el mundo de hoy en que los hijos reciben gran influencia de factores externos, como los medios de comunicación, el internet, los amigos, entre otros, que compiten por la atención y el respeto de su familia, mucho más que en épocas pasadas.

Las influencias negativas que los padres mencionan como las drogas, alcohol, crimen, TV, la violencia contenida en juegos de video y películas, entorpecen su labor en la formación de sus hijos con respeto, y en el respeto para con ellos como padres y para con los demás.
Los niños aprenden e imitan el comportamiento de los adultos, especialmente el de sus padres, por ello, se dice que las actitudes se adquieren, no se enseñan. En otras palabras, lo que usted haga será una enseñanza mucho más efectiva que lo que usted diga.  Como padres el rol es especialmente importante, porque los hijos observan cada movimiento y escuchan cada palabra. En la forma que mostramos respeto a los demás y así como los tratamos, mostramos cómo queremos que los otros nos traten a nosotros.
Jesús quería darles una lección a sus discípulos, pero una lección con amor. Jesús había convertido a sus discípulos de pescadores de peces a pescadores de hombres, les delego la gran comisión, el espera encontrarlos en esa labor, pero cuando los visita los encuentra asiendo exactamente lo contrario, ya Pedro se había devuelto sus actividades anteriores y lo que es más triste no lo hizo solo él, también influencio en los demás para que lo siguieran. V 3 “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
La consecuencia de alejarse Pedro de Jesús fue que trabajaron toda la noche y no encontraron nada, es decir les fue muy mal, eso es lo que generalmente sucede cuando nos alejamos de Dios, o cuando no obedecemos nuestros padres o superiores, nos va mal.
Enseñando la lección:
1. Muestra de Amor: Jesús no les recrimino lo que habían hecho, el acudió a palabras de afecto, de amor para poderlos ganar. V 5 a “Y les dijo: Hijitos,
2. Los confronto con la realidad que estaban viviendo por no obedecer. V 5 b ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.” Ellos mismos se dieron cuenta de lo que les estaba pasando. Mas que golpear a nuestros hijos debemos mostrarle los privilegios que pueden perder si son desobedientes. Privilegios como: ver televisión, salir a jugar. Etc. Después de esto pudiéramos preguntar tal como lo hizo Jesús: hijos como están, están felices, te esta yendo bien.
3. Les izo ver que a pesar de su error ellos podían seguir contando con él. V 6 “El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.” Tus hijos tu esposa(o) saben que pueden contar contigo.
4. Los sirvió como una muestra de amor. El mismo les preparo el desayuno para demostrarles cuanto los amaba. V 9 “Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.
5. Les muestra con amor lo que ellos podrían hacer por amor. V 17 “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.
Recuerda algo muy importante: la autoridad no se impone, la autoridad se ejerce, no podemos exigir de los demás lo que nosotros no somos capaces de hacer.



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