33:15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”
Nadie conseguirá jamás probar que Dios existe o que no
existe. Ciertas cosas en la vida fueron hechas para ser simplemente
experimentadas, pero nunca para ser explicadas.
Sin duda, el amor es una de estas cosas. Dios, que es amor, es otra de ellas. La fe es una experiencia infantil, precisamente en aquel sentido para muchos incomprensible que Jesús nos enseñó: “De los niños es el reino de los cielos”.
Sin duda, el amor es una de estas cosas. Dios, que es amor, es otra de ellas. La fe es una experiencia infantil, precisamente en aquel sentido para muchos incomprensible que Jesús nos enseñó: “De los niños es el reino de los cielos”.
Aun
gran pintor o aun gran dibujante le podemos pedir que nos dibuje o nos pinte
una manzana y de seguro que lo harían muy bien, pero si a ellos les pedimos que
nos dibuje o nos pinte el sabor de la manzana, lo más probable es que no lo van
a poder hacer. Eso es algo que no se puede expresar con palabras y mucho menos
dibujar en un papel, la única forma de conocer el sabor de la manzana es
probándola.
De
esta misma forma para poder conocer del amor de Jesús es necesario estar con él,
tener un encuentro maravilloso con nuestro Jesús. V 19 “Cuando llegó la noche de aquel mismo
día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde
los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto
en medio, les dijo: Paz
a vosotros.”
Solo
estar al lado de Jesús nos puede dar regocijo. V 20 “Y cuando les hubo dicho esto, les
mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.”
Para
poder sentir a Jesús solo se necesita tener un corazón dispuesto, si tu quieres
sentir a Jesús en el templo, debes creer que el está ahí. Él lo prometió. Mateo
18: 20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi
nombre, allí estoy yo en medio de ellos.”
Una
persona no dispuesta no puede sentir a Jesús así lo tenga de frente. Esto le
pasaba a tomas el incrédulo. Juan 20: 27 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo,
y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.”
En
muchas otras ocasiones les paso lo mismo algunos de sus discípulos, aunque
caminaban juntos no lo podían reconocer y menos sentir. Lucas 24: 15-16 “E iban hablando entre sí de todas
aquellas cosas que habían acontecido. 24:15 Sucedió que mientras
hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.
24:16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.”
Si
tu quieres sentir a Jesús y experimentar de todo su amor, debes anhelarlo,
cuando entres en oración antes de pedirle algo anhela poderlo sentir.
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