domingo, febrero 24, 2013

Una Vida Renovada. Marco 4

Vida renovada
Solo Jesucristo puede transformar nuestra vida, el reino de Dios lo puede lograr, el reino de Dios no es más que la gobernabilidad de Dios en nuestra vida.
Si Dos gobierna nuestra vida entonces podemos experimentar la verdadera felicidad.
Una vida renovada es la evidencia de la presencia del reino de Dios.
Muchas personas creen que tan solo con recibir a Cristo en su corazón es más que suficiente para que su vida cambie.

Recibir a Cristo en nuestro corazón puede llevarnos tan solo unos cuantos segundos o tal vez minutos.  Pero la conversión es un proceso que requiere más tiempo.
Dios nos muestra su reino como un proceso muy parecido al de una planta.
Hay que sembrar. V 26 “Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra” cundo tomamos la decisión de dejarnos gobernar por Cristo estamos sembrándolo en nuestro corazón. En lo secular es necesario aprender a sembrar lo bueno en nuestro corazón, y en nuestro trato a los demás. Si no te gusta lo que estas cosechando entonces cambia lo que estas sembrando.
El proceso de cambio es algo sobrenatural, no nos damos cuenta de las maravillas que empiezan a suceder en nuestra vida. V 27 “y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.” Hay muchas personas que ni han recibido a Cristo y prefieren no congregarse por temor a que le obliguen a cambiar, lo primero que preguntan es: y allá que le prohíben, en la iglesia cristiana no se prohíbe nada, es el espíritu de Dios que empieza un proceso de transformación.
Nuestra vida deja de ser un desierto y comienza a brotar hierba. Ya no somos los mismos en algo hemos cambiado. V 28 a “Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba
Nuestra vida con el tiempo empieza a mejorar. V 28 b luego espiga
No hay duda que con Cristo vamos de lo bueno a lo mejor, y de lo mejor a lo excelente. V 28 c “después grano lleno en la espiga
La vida de un cristiano siempre termina dando fruto. V 29 “y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
Dios es perfecto y todo lo que hace es perfecto, el hombre fue hecho perfecto pero por la desobediencia cayó en la imperfección.

Con Cristo podemos llegar a ser nuevamente perfectos, pero es necesario tener paciencia, la obra que comenzó en ti el mismo la terminara. Deja de luchar en tus fuerzas deja que Jesucristo te ayude con el somos más que vencedores.


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