Todos de alguna menar tenemos
problemas, algunos el dinero les sobra pero se sienten enfermos, hay otros que
están sanos no les duele nada pero les hace falta dinero, y hay otros que están
enfermos y no tienen dinero, eso sí que es más difícil todavía.
De
pronto nos comparten de alguien que es poderoso y que puede arreglar nuestra vida. Que él es la solución a
nuestros problemas e inmediatamente lo seguimos.
Quien no quiere seguir a alguien
que dice tener la solución a nuestros problemas. Esa persona poderosa se llama Jesús.
Este era el caso de los discípulos
de Jesús, ellos lo siguieron sin ningún temor. V 23 “Y entrando él en la barca, sus
discípulos le siguieron.”
Jesús estaba con ellos. Que paz,
que tranquilidad, todo salía bien. Lo mismo nos sucede a la mayoría de los
cristianos. Cuando empezamos a seguir a Jesús, sentimos que somos los más
felices, no nos queremos cambiar por nadie, a todo le decimos amen…aleluya.
Cristo vive. Cuando en la iglesia gritan quien vive, somos los que más
gritamos. ¡Cristoooo!
Pero a medida que la barca
avanzaba, o sorpresa se levanto tremenda tormenta, y sabes ¿Qué? Cristo estaba
durmiendo. V 24 “Y he
aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la
barca; pero él dormía.”Muchos entramos a la vida cristiana y pensamos que ya no hay
problemas, pero cuando nos damos cuenta que siguen las tormentas es cuando decimos:
¡desde que me hice cristiano las cosas me salen mal! Como es posible que Jesús
este durmiendo mientras estamos en la tormenta. El no me escucha.
Sabían que Jesús estaba en la barca
pero se desesperaron, gritaban y exigían a Jesús que los salve. Cuando las
cosas en el hogar, en el negocio no nos sale como esperábamos se nos olvida que
Jesús esta con nosotros y comenzamos a desesperarnos. V 25 “Y vinieron sus discípulos y le
despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!”
Cuando lo tenemos todo es fácil
llamarnos cristianos y decir que somos hombres de fe. La fe se la prueba en las
tormentas. Lo que a Jesús le molesto es que ellos tuvieran miedo sabiendo que él
estaba en la barca. V 26 “El
les dijo: ¿Por
qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los
vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.” Si Jesús esta en tu matrimonio,
en tu negocio, en tu vida entonces porque tienes miedo.
Jesús no les dijo sigan clamando más
duro, o porque no me despertaron antes, el les dijo hombres de poca fe. La fe
los debería llevar a tener calma en su corazón.
Jesús no saco la barca del mar, el
solo calmo la tormenta para que ellos siguieran su travesía en paz. Jesús no te
quita el mar de problemas que puedas tener porque muchas veces es necesario que
pasemos por ese mar, para aprender, para formarnos. Para que veamos el poder y
la magnificencia de Dios. Pero si te calma los vientos que tal vez no te dejan
avanzar. V 27 “Y los
hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y
el mar le obedecen?”
Jesús quiere darnos paz en medio de la
tormenta. Si Cristo esta en tu barca no tengas miedo. Pronto llegara la calma.
La gran bonanza.