jueves, enero 24, 2013

José y maría ejemplos de obediencia. Mateo 1


Imagínate la siguiente escena: una pareja de enamorados, comprometidos para casarse, llenos de ilusiones, un día cualquiera reciben una noticia que cambiaría sus vidas. La novia estaba embarazada y no de su novio. Pero la explicación sí que era todavía algo más descabellado. Ella estaba embarazada del espíritu santo. V 18 “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.
Para maría era difícil aceptar esa verdad. Lucas 1: 29 “Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.” A María no la confundía el ver a un ángel, a ella la confundía lo que él le decía, el saludo no era como el más apropiado para una niña virgen.
A nosotros no nos cuesta creer en ángeles, lo que nos cuesta es creer en las promesas que Dios nos hace.
Inmediatamente maría puso en funcionamiento toda su lógica, y es que no era para menos. V 34 “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.” En muchas ocasiones no recibimos milagros porque nos es difícil creer que Dios puede hacer algo sobrenatural y le metemos lógica. Los milagros no son lógicos de lo contrario no serian milagros.
El ángel le dio una explicación que a la vista humana tal vez no era la más convincente. V 35 “Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
En nuestra vida espiritual lo más importante no es la explicación de cómo va a suceder un milagro. Aquí lo que importa es la fe, aunque maría tal vez no entendía mucho lo que el ángel le decía ella tomo la decisión de obedecer. 38 “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.” Que tanto estamos dispuestos a obedecer a las demandas que nos hace Dios, ¿estamos dispuestos a esperar en el tiempo del señor?
José era un hombre bueno y justo, pero también le era difícil creer semejante afirmación, y ya que no quería hacerle daño a María   porque la amaba. Pensaba abandonarla pero en secreto por que él era prudente, cosa que muchas veces nos falta.
Muchos hogares tienen problemas porque uno o los dos son imprudentes hacen saber su problema o todo el mundo y no les importa ridiculizar o avergonzar al otro delante de las  demás personas. Mateo 1: 19 “José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.” La separación de nuestro ser amado no es la solución a los problemas del hogar, ni tampoco separarnos de Dios es la solución.
Lo importante es estar con un corazón sensible a la palabra de Dios, José tal vez se paso la noche pensando en ese problema, y lógicamente que también tenía que estar triste y muy dolido. Pero a pesar de todo dejo un espacio en su corazón para que Dios le hablara. Y Dios lo hizo. V 20 “Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.
De nada sirve que le pidamos a Dios una respuesta si no estamos dispuestos a obedecer. José obedeció. V 24 “Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
Para Dios es muy importante la obediencia. 1 Samuel 15: 22 “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
La obediencia determina nuestra salvación. Hebreos 13: 17 “y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
Primero tenemos que obedecer a Dios después:
1.      A nuestros pastores. Hebreos 13: 17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
2.      A nuestros padres. Efesios 6: 1 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 6:2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa
3.      A nuestras autoridades. Romanos 13: 1 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Obedecer no es fácil, pero es necesario hacerlo. Jesús mismo siendo hijo de Dios a través del sufrimiento aprendió la obediencia. Hebreos 5: 8 “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

Las leyes demasiado benignas rara vez son obedecidas; las demasiado severas, rara vez ejecutadas, el secreto está en el equilibrio. ni mucho ni poco.

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