El verdadero líder es un guía, es
alguien que arrastra con su ejemplo.
Líder no solo es el que está al
frente de un grupo de personas. Líder es todo aquel que está en condiciones de
que otros lo puedan seguir sea para bien o sea para mal.
El
líder es el responsable de la vida de los demás.
El pueblo de Dios estaba perdido y apunto de la
destrucción porque los que lo guiaban no sabían para donde ir, no conocían el
rumbo. V 2 “Porque
los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han
hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como
ovejas, y sufre porque no tiene pastor.”
Ese mal no solo era en el antiguo testamento,
también en los tiempos de Jesús el pueblo estaba desviado. Mateo 9: 36 “Y al ver las multitudes, tuvo compasión
de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen
pastor.”
Han pasado muchos años después de que Jesús estaba
aquí en la tierra
y el problema sigue siendo el mismo, todavía hay muchos pastores que
no saben cuál es su misión, lo único que piensan es en tener
un buen grupo de seguidores suyos para vanagloriarse y creerse muy importante.
Un verdadero líder es el que:
1.
Guia a su pueblo
hacia la conquista. No les evita pelear por sus sueños, pero si les enseña cómo
hacerlo. V 5 “Y
serán como valientes que en la batalla huellan al enemigo en el lodo de las
calles; y pelearán, porque Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en
caballos serán avergonzados.”
2.
Fortalece y prepara a sus seguidores. V 6 “Porque yo fortaleceré la casa de Judá,
y guardaré la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré piedad, y
serán como si no los hubiera desechado; porque yo soy Jehová su Dios, y los
oiré.”
3.
Mantiene al grupo en
unidad. Todos luchan por conseguir un mismo ideal o un mismo propósito. V 8 “Yo los llamaré con un silbido, y los
reuniré, porque los he redimido; y serán multiplicados tanto como fueron antes.”
Un buen líder es aquel que antes de pensar en
conquistar a los demás se conquista a sí mismo. Proverbios 16: 32 “Mejor es el que tarda en airarse que el
fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” Dominar a los demás es relativamente fácil, lo
podemos hacer a través de la fuerza, del engaño, del chantaje. Etc. dominarnos
a nosotros mismos es lo difícil,
controlar nuestras pasiones y deseos.
El llamado a presidir o dirigir sobre la
iglesia, o sobre cualquier otra comunidad será una responsabilidad que no
recaerá sobre todos, pero el mandato a gobernar bien la casa es responsabilidad
de todo varón. El plan de Dios
para la familia es que el varón debe ser el que este por delante de la familia
es decir que sea el líder. 1 Timoteo 3: 4-5 “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en
sujeción con toda honestidad 3:5 (pues el que no sabe gobernar su propia
casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);”
El hombre puede ser un buen líder o cabeza de los
demás si primero acepta que Cristo sea su cabeza. Efesios 5: 23 “porque el marido es cabeza de la mujer,
así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su
Salvador.”
Como padres líderes nuestra misión es mucho más
que solo darles todo lo necesario y cuidarlos del mundo. Nuestra misión es guiar
a nuestros hijos hacia la conquista del mundo
y sus ideales, prepararlos y mantenerlos
en unidad.
Muchas personas tienen poder, pero pocos tienen poder para llegar
a las personas; esos son los verdaderos líderes.