Es todo lo que es más importante para ti que Dios. Es aquello
que absorbe tu corazón e imaginación más que Dios. Es todo lo que buscas para
que te de lo que solo Dios puede darte.
El centro de la doctrina cristiana es el rechazo
de manera categórica de la idolatría, es uno de los principales mandamientos de
Dios. Éxodo 20:4-5 “No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza
con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con
lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni
los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son
malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación.”
Y es que cuando
hablamos de ídolos no solo se tiene que pensar en figuras de piedra, madera u otro material,
porque tal vez esta prohibición de Dios ya lo tenemos bastante claro.
Es increíble pensar
que aun en la actualidad después de leer tanto y
tener el conocimiento necesario para evitarlo, seguimos construyendo ídolos en
nuestra vida que están quitando el lugar merecido a Dios.
Un ídolo es una persona o cosa excesivamente
amada o admirada que roba el lugar que le tendría que pertenecer a Dios.
En cuanto
se refiere a ídolos de madera, arcilla o cualquier otro material el pueblo de
Dios ya los ha quitado, aunque algunos pocos todavía los conservan escudándose
en que ellos ya no creen en eso, o que
son una pieza muy valiosa de arte.
Muchos
cristianos ya no tienen figuras colgadas en la paredes, pero puesto que el
pecado está arraigado en el corazón del hombre, han remplazado estos ídolos
inertes por los mismos hombres, veneran a los que dicen tener dones de sanidad,
han puesto en un pedestal a quienes tienen el don de la música y han logrado cierto
tipo de fama. Otros tienen como ídolos a la familia, al esposo, a la esposa, al
trabajo al dinero. Etc.
Al
pueblo de Dios le era relativamente fácil dejar a los ídolos, pero lo que si le
costaba era alejarse de las tradiciones o costumbres. Levíticos 18: 30 “Guardad, pues, mi ordenanza, no
haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os
contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios.”
Dios siempre ha estado en contra de los ídolos y de las costumbres de los
pueblos. Jeremías 10: 3 “Porque
las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron,
obra de manos de artífice con buril.”
Eso mismo
sucede hoy con el cristianismo moderno, alaban y adoran a Jehová pero no pueden
sacar de su corazón las tradiciones de su religión pasada.
Dios es
un Dios celoso por lo tanto cualquier ídolo que nosotros nos hagamos él lo
destruye. Miqueas 1: 6-7 “Haré,
pues, de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y derramaré
sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos. 1:7 Y todas
sus estatuas serán despedazadas, y todos sus dones serán quemados en fuego, y
asolaré todos sus ídolos; porque de dones de rameras los juntó, y a dones de
rameras volverán.”
Todo aquel
que siendo pueblo de Dios pone su esperanza en ídolos, al final será avergonzado
de parte de Dios. V 16 “Ráete
y trasquílate por los hijos de tus delicias; hazte calvo como águila, porque en
cautiverio se fueron de ti.”
No basta con solo sacar
los ídolos de nuestra casa, es necesario desalojarlos de nuestro corazón y
sobre todo renunciar a las tradiciones de nuestra antigua religión, que era
desagradable a Dios.