Hay muchas personas que creen que
Dios no se esconde, cuando todas las cosas nos salen bien, nuestra vida está llena
de éxitos consideramos que Dios está con nosotros.
Pero
hay momentos en la vida de un cristiano cuando las cosas no le salen tal como
lo esperaba, cada día parece que las cosas van de mal en peor. ¿Qué debemos
hacer? Lamentarnos y renunciar a lo que estamos haciendo o inclusive renunciar
a Dios.
¡No! Eso no sería lo más acertado, lo más correcto sería
preguntarnos qué está pasando con nosotros, que estamos haciendo. Como es
nuestro comportamiento frente a Dios.
Muchas veces como cristianos nos
creemos ser muy justos pero actuamos de manera muy diferente a lo que decimos
ser. V 1 “Dije:
Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a
vosotros saber lo que es justo?”
Dios ama al pecador pero aborrece
al pecado, cuando un cristiano ama al pecado automáticamente se aleja de Dios y
es como si él se ocultara. V 4 “Entonces clamaréis a Jehová, y no os responderá; antes
esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas
obras.”
A Dios le molesta que se anuncie su
palabra pero de acuerdo a la conveniencia del hombre y sobre todo de quien la
predica. V 5 “Así ha
dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz,
cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra
contra él:”
Dios avergüenza a quien toma su
nombre para decir mentiras y engañar al pueblo. V 7 “Y serán avergonzados los profetas, y se
confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay
respuesta de Dios.”
Llegara un momento donde Dios no
escuchara las oraciones del pueblo. La oración no es una estrategia para que
las cosas nos salgan tal como nosotros queremos, la oración es una forma de
mantener nuestra buena relación con Dios. Isaías 1: 15 “Cuando extendáis vuestras manos, yo
esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no
oiré; llenas están de sangre vuestras manos.”
Nuestro arrepentimiento de corazón,
es decir el dejar de hacer lo malo delante de los ojos de Dios, es lo único que
sirve para que Jehová no oculte su rostro de nosotros. Isaías 1: 16 “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad
de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;”
Dios quiere que tengamos un cambio
de vida, no solo que digamos que ahora somos cristianos. V 17 “aprended a hacer el bien; buscad el
juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.”
Hoy en día cristiano puede llamarse
cualquiera, creer en Dios puede hacerlo cualquiera. Santiago 2: 19“tú crees que Dios es uno; bien haces.
También los demonios creen, y tiemblan.”
No permitas que por tu comportamiento Dios esconda su rostro