Una cosa es que el espíritu de Dios
se manifieste a nuestra vida cada vez que tengamos un problema, y otra muy
diferente es vivir en el espíritu, estar llenos del espíritu santo.
El
apóstol Pedro vivía lleno del espíritu santo. Por eso podía hablar con denuedo
y sabiduría. Y sobre todo no tenía temor de hacerlo. Hechos 4: 8 “Entonces Pedro, lleno del
Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:”
Los discípulos de Jesús estaban
llenos del espíritu santo. Lo demostraban en los momentos de persecución o
cuando eran atacados, en lugar de estar tristes el espíritu de Dios los
mantenía gozosos. Hechos 13: 52 “Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu
Santo.” Hay muchas personas que dicen tener el espíritu de Dios
pero viven en amargura y constante desdicha cuando están pasando por momentos
de adversidad.
El espíritu santo no solo actúa en
momentos de histeria en la iglesia, el espíritu santo se manifiesta de manera
total en nuestra forma de vida. Fuera o dentro del templo.
Dios le muestra a Ezequiel una
visión de cómo vivir en el espíritu. V 1 “Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí
aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de
la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado
derecho de la casa, al sur del altar.”
El agua simboliza al espíritu
santo. Juan 7: 38-39 “El que cree en mí, como dice la Escritura,
de su interior correrán ríos de agua viva. 7:39 Esto dijo del Espíritu que habían de
recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo,
porque Jesús no había sido aún glorificado.”
Vivir en el espíritu es todo un
proceso. Comienza cuando tomamos la decisión de recibir a Jesucristo en nuestro
corazón, y empezamos con nuestros primeros pasos. Ezequiel 47: 3 “Y salió el varón hacia el oriente,
llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas
hasta los tobillos.”
Cuando continuamos nuestro recorrido
a través del conocimiento a cerca de Dios, es como si camináramos unos 500
metros más. V 4a “Midió
otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas” de esta
forma es como si nos fuéramos introduciendo mas y mas en el espíritu. V4b “Midió luego otros mil, y me hizo pasar
por las aguas hasta los lomos.”
Cuando seguimos avanzando otros 500
metros más a través de la oración y la palabra. El espíritu santo se vuelve como
un rio en el cual podemos refundir. V 5 “Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar,
porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a
nado”
El espíritu santo nos convierte en
fuente de agua de vida. V 8 “Y
me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y
entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas.” Juan 4:
14 “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed
jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte
para vida eterna.”
El espíritu santo produce vida y
prosperidad. V 9 “Y toda
alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y
habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad;
y vivirá todo lo que entrare en este río.”
El cristiano lleno del espíritu
santo lleva bendición por donde quiera que vaya. V 12 “Y junto al río, en la ribera, a uno y
otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni
faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y
su fruto será para comer, y su hoja para medicina.”
Nosotros somos templo del espíritu
santo. 1 Corintios 6: 19 “¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”
Si eres un cristiano que te gusta
el estudio de la palabra, la oración, el congregarte pero sientes que no tienes
al espíritu santo. Entonces lo que necesitas es anhelarlo con todo tu corazón y
pedirle a Jehová dios que te de de su espíritu. Si tu lo crees lo recibirás y
podrás experimentar de su llenura, es decir tendrás paz y gozo en tu corazón.
Lucas 11: 13 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas
dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu
Santo a los que se lo pidan?”
A través del espíritu santo Dios
nos dota de todo lo que necesitamos para poder vivir en paz y felicidad, nos da
cada una de las herramientas que las vamos a necesitar en algún momento de
nuestra vida. Gálatas 5: 22-23 “Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Si Dios nos da paciencia es porque
en algún momento y con alguien en especial la vamos a necesitar. ¿verdad?
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