Se trata de una
cirugía muy compleja que no se realiza cada vez que un paciente presenta
problemas cardíacos, es la última opción. Se aplica sólo en casos que las
enfermedades presentes arriesguen en gran medida la vida del paciente.
Espiritualmente hay muchos cristianos que su corazón está muy
enfermo, lo que hay en él es lo que contamina su cuerpo.
Lo que nosotros vemos en la parte externa del
cuerpo no es más que el reflejo de lo que hay en nuestro corazón.
Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su
corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo
malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Lo que escuchamos o vemos enferman
nuestro corazón, Los malos consejos ayudan al deterioro de un corazón enfermo.
Ezequiel 11: 2 “Y me
dijo: Hijo de hombre, estos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en
esta ciudad mal consejo;”
Las personas perversas no quieren
nuestro bien, por eso se fingen buenos amigos haciéndonos creer que el mal o el
castigo están muy lejos. V 3 “los
cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y
nosotros la carne.”
Una persona enferma del corazón
espiritual siempre piensa en evadir los problemas. Huir de los problemas no
siempre es la mejor solución, a lo que más le huye el hombre más rápido le
acontece. V 8 “Espada
habéis temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el Señor.” Job 3: 25
“Porque el temor que
me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía.”
Lo más importante de todo esto es
que siempre podemos contar con la presencia de Dios en cualquier lugar que nos
encontremos. V 16 “Por
tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor: Aunque les he arrojado lejos entre las
naciones, y les he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un
pequeño santuario en las tierras adonde lleguen.”
Para contar con la ayuda de Dios lo
único que necesitamos es tener nuestro corazón dispuesto para obedecer. V 18 “Y volverán allá, y quitarán de ella
todas sus idolatrías y todas sus abominaciones.”
Obedecer es una tarea nada fácil,
por eso el quiere que lo adoremos en espíritu y en verdad. Juan 4: 24 “Dios es Espíritu;
y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
El problema no está en los demás,
el problema no es lo de afuera, el problema está adentro, está en nuestro
corazón, para poder obedecer tal como Dios quiere sería necesario volver a nacer,
y Jesucristo esta dispuesto a darnos una nueva vida, el nos hace nacer de
nuevo. El quiere darnos un nuevo corazón, un corazón sensible a su palabra. V
19 “Y les daré un
corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra
de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,”
Solo si tenemos un nuevo corazón y
un nuevo espíritu podemos obedecer. V 20 “para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y
los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios”
Si tu corazón está limpio, tu mente
y tu cuerpo también lo estarán. Deja que Jesucristo haga una cirugía
maravillosa en ti, un trasplante de corazón.
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