Es necesario dejar de buscar en los
grandes logros la felicidad y comenzar a valorar las pequeñas cosas diarias,
haciendo algo extraordinario de todo lo cotidiano.
Hay gente que de un palacio puede
hacer una cueva, y otros pueden hacer de una cueva un palacio. La cuestión no está
en lo que tengo, sino en que hago con lo que tengo.
Igualmente
hay personas que con mucho hacen poco y otros con poco hacen mucho.
Dios llevo a su pueblo a la
esclavitud a estar bajo el yugo de Nabucodonosor. Y quería enseñarle a vivir
feliz en lo que ahora le tocaba afrontar.
Como disfrutar lo que tenemos:
1. NO VIVAS DE FALSAS EXPECTATIVAS. V 8-9 “Porque así ha dicho Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre
vosotros, ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis.
29:9 Porque falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié, ha dicho
Jehová” hay muchas personas que se concentran más en lo que no
tienen que en lo que tienen. Los falsos profetas le decían al pueblo de Dios
que solo estarían esclavos dos años. 28: 3 “Dentro de dos años haré volver a este lugar todos los
utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de
este lugar para llevarlos a Babilonia,”
2. ACEPTA LA REALIDAD: aceptar la
realidad no significa que nos tengamos que resignar, más bien quiere decir que
tenemos que hacer un inventario de lo que tenemos de lo que somos y con eso empezar
a trabajar. La realidad del pueblo de Dios es que tenía que estar en cautiverio
70 años. Y para eso tenían que estar mentalizados y preparados. V 10 “Porque así dijo Jehová: Cuando en
Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre
vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.”
3. CREER QUE TODO ES PARA BIEN. V 11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo
acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis.” Así no entendamos lo que nos está pasando debemos estar
seguros que es para nuestro bien, al pueblo de Dios le era difícil entender que
los 70 años de esclavitud serian para su bien.
4. VIVE LO MEJOR QUE PUEDAS. V 4-6 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos,
Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén
a Babilonia: 29:5 Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed
del fruto de ellos. 29:6 Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad
mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos
e hijas; y multiplicaos ahí, y no os
disminuyáis.” No dejes
que las circunstancias afecten tu manera de vivir, y sobre todo el mandato de
Dios es que a pesar de las dificultades que estemos pasando debemos siempre luchar
por crecer, nunca disminuir. Que cada día logremos algo nuevo algo mejor.
5. AMA Y CUIDA EL MEDIO EN EL QUE
VIVES. V 7 “Y
procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a
Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.” No importa si no eres de
la ciudad en la que vives trabaja y ora por ella, si esa ciudad prospera tu también prosperaras, de
esta misma forma hazlo por la iglesia,
el colegio, la familia, el empleo.
Solo de esta forma veremos
resultados. V 12 “Entonces
me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;”
Nadie valora lo que tiene hasta que
lo pierde, solo cuando nos cuesta las cosas las hacemos de corazón. Dios escucharía
al pueblo, porque después del cautiverio lo buscarían de corazón, cosa que no hacían
cuando lo tenían todo.
No esperes a perder lo que tienes
para valorarlo. Hazlo ahora que lo tienes ama a tu familia, amate a ti mismo, y
disfruta lo que tienes.
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