Dios no es un ser castigador, es decir el no anda buscando desesperadamente a quien castigar. Aunque Dios si corrige, muchas de las cosas malas que al hombre le suceden es consecuencia de sus propios actos, cada uno recibe y vive de lo que hace. V 10,15 “Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño, Esperamos paz, y no hubo bien; día de curación, y he aquí turbación.”
Si una madre insistentemente le
dice a su pequeña hija que no meta la mano al fuego de la estufa, y en un
descuido la niña mete la mano y sufre quemaduras muy fuertes, su madre al ver
lo que le sucedió a su hija probablemente no la castiga, pero por mucho que la
ame, y por mucho que intente ayudarle untándole crema o cualquier otra
medicina, nunca podrá evitarle el dolor que está sufriendo, a esto es lo que se
le llama consecuencia.
Dios nos ama, tanto que dio a su
hijo para que muriera por nosotros, pero a pesar de tanto amor él no evita las
consecuencias de nuestros malos actos.
Los animales por instinto de preservación
saben cuándo deben o no hacer las cosas.
V 7 “Aun la cigüeña en el
cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el
tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.” El hombre
es el único ser en la tierra que por sus actos destruye su vida y el medio en
el que vive.
El hombre se ha envanecido tanto
por el conocimiento que Dios le dio, que el mismo conocimiento lo ha llevado a
la rebeldía, causante de su destrucción. V 5 “¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía
perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse. ” La solución
a la crisis o tragedia que enfrenta el hombre es el arrepentimiento. V 6 “Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se
arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia
carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla.”
ARREPENTIRSE es aceptar que se está equivocado, es cambiar
de rumbo, es re direccionar o cambiar de dirección mi vida o lo que estoy haciendo.
Los problemas deben solucionarse y arrancarse desde su raíz. V 3 “Y escogerá la muerte antes que la vida
todo el resto que quede de esta mala generación, en todos los lugares adonde
arroje yo a los que queden, dice Jehová de los ejércitos” muchas veces
es necesario destruir lo que estamos haciendo para poder construir de nuevo. La
corrección duele pero es necesaria, hay personas que no aprenden sin el uso de
la corrección. Isaías 26: 10 “Se
mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará
iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.”
La terquedad del hombre lo lleva a
tratar los problemas con liviandad. V 11 “Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con liviandad,
diciendo: Paz, paz; y no hay paz.” Al hombre necio todo le parece que está bien, la corrección
le parece una exageración. Y por eso nunca cambia y va siempre de mal en peor.
La
libertad, al fin y al cabo, no es sino la capacidad de vivir con las
consecuencias de las propias decisiones.
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