Dios no quiere una iglesia pasiva,
Dios quiere una Iglesia activa. Una iglesia en la cual el poder delegar la salvación
del mundo.
Recuerda que Jesucristo con su
muerte y resurrección propicio la salvación, pero el no va a volver a morir por
la humanidad, el propagar la salvación es nuestro trabajo, el medio que Dios
quiere utilizar para que el maravilloso plan de salvación se convierta en una
realidad somos tu y yo.
Todos
los que hacemos parte de la iglesia de Cristo demos ser y nos tienen que
considerar servidores y administradores. V 1 “Así,
pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los
misterios de Dios.”
El concepto técnico de
administrador es: administrador es alguien encargado de los bienes ajenos con
el propósito de hacerlos producir. Es decir un buen administrador es aquel que
es capaz de hacer de todo aquello que le llegue a sus manos algo mejor.
Un buen administrador no puede
entregar en las mismas condiciones lo que recibió. Mateo 25: 26- 27 “Respondiendo
su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré,
y que recojo donde no esparcí. 25:27 Por tanto, debías
haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es
mío con los intereses.”
Características de un buen
administrador:
1. Ser Fiel. Es decir debe ser
alguien digno de confianza. V 2 “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno
sea hallado fiel.” En la vida secular o espiritual es necesario que cuando
alguien nos delega algo lo hagamos muy bien de la mejor manera, dando nuestro
mejor esfuerzo.
2. Sujeto a las normas. V 6 “Pero esto, hermanos, lo he presentado
como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros
aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno,
os envanezcáis unos contra otros.” El administrador no solo debe hacer respetar las normas de
su empresa, también está para cumplirlas.
3. Entender que lo que administra
no es suyo. V 7 “Porque
¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste,
¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” tu como
padre eres administrador de tu familia y en particular de tus hijos, pero
recuerda que no son tuyos son de Jehová de los ejecitos.
El buen administrador está preparado para:
1. Estar en la mira de los demás. V
9 “Porque según pienso,
Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a
sentenciados a muerte; pues hemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los
ángeles y a los hombres.”
2. Soportar el rechazo o el menosprecio.
V 10 “Nosotros
somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros
débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.”
3. Pasar necesidades, para poder
invertir y de esta manera tener ganancias. V 11 “Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos
desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija.” el buen administrador
pasa necesidades no por pobreza, lo hace para poder prosperar.
4. Es recursivo, es capaz de hacer
grandes cosas con pequeñas cosas. Lograr grandes ganancias con pequeñas inversiones.
Sabe aprovechar al máximo los pocos recursos que tiene. V 12 “Nos fatigamos trabajando con nuestras
propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la
soportamos.”
5. Es como un padre que da amor
pero también exige y corrige. V 15 “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis
muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.”
6. Es ejemplo, más que solo mandar
el o hace primero para que otros lo imiten. V 16 “Por tanto, os ruego que me imitéis.”
7. Hace que todo se mantenga en
unidad de actuar y de pensar. Solo manteniendo una misma visión podemos lograr
el éxito. V 17 “Por esto
mismo os he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual
os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y
en todas las iglesias.”
8. Mantener su Carácter. Un buen
administrador sabe manejar el equilibrio, sabe galardonar pero también sabe
exigir y exhortar cuando es necesario. V 21 “¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y
espíritu de mansedumbre?”
Recuerda que tú también tienes algo
que administrar: tu vida, tu familia, tu trabajo y tu ministerio. Si te
esfuerzas y pones en prácticas algunas o todas las recomendaciones anteriores llegaras a ser un excelente administrador
y Cristo te encontrara fiel.
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