Nuestra actitud y nuestra forma de comportarnos frente a los demás es lo que determina que tangamos vidas de bendición o de maldición.
Una persona en bendición no
significa que todo le sale bien y que nada malo le puede pasar.
Las personas en maldición no
disfrutan de lo que son, hacen o tienen, por muchos bienes que tengan es como
si no lo tuvieran. Ageo 1: 6 “Sembráis
mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis
satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su
jornal en saco roto.”
Son muchas las cosas que pueden
generar maldición en una persona, pero en este caso Jehová enfatiza en dos que
pueden dañar a los demás.
El robar y jurar en vano contra
otra persona genera destrucción. V 3 “Entonces
me dijo: Esta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra; porque
todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo) será destruido; y todo
aquel que jura falsamente (como está del otro lado del rollo) será destruido” todo lo
que nosotros hacemos es lo que terminamos recibiendo de los demás.
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Que quieres recibir de los demás, lo que quieres que
los demás te hagan eso es lo que les debes hacer. Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que
los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque
esto es la ley y los profetas”
Jehová no nos destruye, pero
permite que la consecuencia de lo que hacemos se encargue de hacerlo. V 4 “Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá
a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y
permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras” todo lo
que hagamos sea bueno o malo genera consecuencias.
La maldición consecuencia de los
malos actos no solo la sufre quien lo hace, también se ve afectada toda su
familia.
Como evitar nuestra Autodestrucción.
1. Sacando de nuestra vida la
mentira. Efesios 4: 25 “Por
lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque
somos miembros los unos de los otros.” La mentira hace que las demás personas
ya no confíen en nosotros.
2. No airándonos sin necesidad. efesios
4: 26 “Airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,” el enojarnos de manera
constante y sin razón nos hace personas insoportables y antisociales.
3. No robando. V 28 “El que hurtaba, no hurte más, sino
trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir
con el que padece necesidad.” Las personas que roban por lo general son
personas que no les gusta trabajar, quieren las cosas de manera fácil y sin
esfuerzo.
Recuerda todo lo que hagamos es lo
que otros nos harán, a esto se le llama la ley de la siembra y la cosecha, el
daño que haces a otros robando o hablando mal un día se devolverá y generará destrucción.